jueves, 13 de diciembre de 2007

La memoria ...

El primer fin de semana de este mes anduve de carrete cumpleañero en Horcón ... pa variar!!! Definitivamente, me encantaría pasar muchos más días allá. Aunque fuera una semana completa de vacaciones. Es tan rico desconectarse de todo, ver pura playa, campo, perros iguales y gente súper relajada. Además de comer empanadas de camarón queso cada vez que tienes ganas, ir al único supermercado que existe y estar rodeada de gente que quieres mucho o que son significativas para la persona que amas.

Cada vez que voy me quedan menos deseos de que llegue el domingo en la tarde, porque eso significa despertar del sueño exquisito, dejar de estar rodeada de personas que ya no pueden ser más buena onda, con copete rico, comida rica, música, bailes, disfraces, conversaciones incoherentes, creatividad, risas por montón, aire puro y sensación de relajo. Ojalá el tiempo se detuviera o se prolongara lo máximo posible

Siempre me pasa que quiero capturar cada segundo, y retenerlo en mi memoria hasta la próxima vez que vuelva a Horcón. Pero esta vez no pude ... Nunca me había pasado, no sé si atribuirlo al hecho de probar una cerveza nueva (Antillanca, de litro y medio en envase plástico, creo que la venden sólo en el Jumbo) que quizás tenía "extraños efectos secundarios", al cansancio acumulado de la pega y otras cosas, o que sencillamente tomé toda la tarde, o me arrebaté con el aire marino; pero la cosa es que tengo una laguna mental casi del tamaño del Oceáno Pacífico. No me acuerdo del momento en que cantamos el "Cumpleaños Feliz", ni cuando le entregamos el regalo al festejado, ni de otras cosas que quedarán como archivos clasificados entre los que estuvimos presentes.

Ni siquiera me acuerdo de haberme sentido mal (de hecho en todas las fotos aparezco re feliz, jugosa, candelosa y gozadora), como sí me ha pasado antes, como pa decir que tomé mucho. Me asusté tanto cuando me di cuenta, que me sentía como el tipo de "Memento", o más bien como "Mamerto" (trailer del Club de la Comedia).

Por lo menos al día siguiente me enteré que le pasó a la mayoría de los que estábamos ahí ... "mal de muchos consuelo de tontos", pero bueno ... peor es quedarme con la preocupación eterna, de alguna manera tenía que racionalizar la experiencia. Primera y única vez que me pasa. Por lo menos, los ataques amnésicos nos dieron a distintas horas o momentos, y quedó suficiente material audiovisual como para reconstruir la historia.

No es por excusarme, pero en realidad, gracias a tanto adelanto tecnológico, cada vez ejercitamos menos la memoria.

1. Antes, con cueva tenías agenda de papel, donde pegabas puros recuerdos que en esa época fueron importantes pa ti, o los afirmabas con clips de colores, y la agenda te quedaba ultragorda. Ahí también anotabas los cumpleaños de tus amigos y gente significativa. Ahora te llegan avisos de los cumpleaños al correo electrónico, hasta con sugerencias de postales que puedes mandar. O mejor aún, ocupas compulsivamente la agenda del celular. Es decir, ahora no sólo anotas y miras, sino que además te recuerdan exactamente en el día y hora que lo necesitas.

En realidad yo anoto puras tonteras, además de los cumpleaños, como que tengo que comprar el pan, recoger la ropa, ver mis series favoritas o llamar a alguien. Mi pololo anota las canciones que quiere que le baje del Ares o las cosas que me quiere contar cuando nos vemos el fin de semana.

2. Antes, o te sabías los números de teléfono de memoria o los anotabas por ahí, en alguna libreta, de esas chicas con imán que te cabían en la billetera, o en la famosa agenda, aunque fuera esa toda ordinaria que te daban en el colegio. Eso implicaba que te los terminabas aprendiendo igual, de tanto marcarlos. Pero resulta que ahora los teléfonos celulares y también los fijos tienen agenda, buscas el nombre y apretas el botón de marcar y listo ... por eso con suerte me sé el número de mi casa, sólo porque lo tengo hace más de 10 años.

3. Antes, si te gustaba una canción y te querías aprender la letra, la escuchabas hartas veces (en caset) y escribías la letra tú mismo ... de tanto oírla ya te la sabías antes de terminar la transcripción. Ahora te metes a cualquier buscador y listo ... o ni te la aprendes y la cantas en karaoke ... está todo ahí.

4. Los computadores tienen gran culpa de que no usemos nuestra capacidad biológica o cerebral de almacenamiento. Sinceramente, no me sé ninguna página web de memoria, las agrego todas a "marcadores", que en Mozilla Firefox es lo mismo que "favoritos" del Internet Explorer. Lo que significa que si estoy en otro computador, además de meterme a google o a mi correo ya no sé que más hacer, excepto si el nombre de la página es muy obvio o corto, como "terra.cl" o algo así.

5. Otra tontera que uso mucho, y sólo porque el computador es ocupado exclusivamente por mí, es esa opción de recordar las contraseñas. Resultado: tampoco me acuerdo de las contraseñas. Ni siquiera me he podido aprender la clave de mi AFP, y eso que tiene sólo 4 cifras. ¿Qué voy a hacer el día que se me desconfigure el computador o muera para siempre, sin avisarme?

6. Antes, si lo pasabas bien o conocías lugares nuevos y querías conservar para siempre "el momento Kodak", con suerte alguien sacaba fotos (con rollo y revelado en papel, por lo que quizás nunca las vieras), o quedaba todo en tu cabecita ávida de nuevas experiencias. Pero ahora pa eso están las cámaras digitales y los celulares con cámara pa sacar fotos y grabar videos, incluso audio, capturando toooodoooo, incluso de cosas que después no quieres recordar, sobre todo si estabas bajo el efecto de alguna sustancia ... Uuuuffffff!!! Lo peor es que es más fácil que te funen y te conozcan en todo el mundo ... ¿O no, Naty?

Al final yo creo que vamos a terminar igual que ese comercial de un servicio de cable, donde a través de una pantalla te informaban quien era la persona que tenías al frente. Onda "guatón barsa, Horcón, verano 2005, le gustaba tal y tal cosa".

Lo único que espero es que no se me olvide la contraseña de mi blog, o donde vivo, o que micro tengo que tomar pa llegar a mi casa ...

En un momento de ataque apocalíptico llegué a pensar que debido a la comodidad que nos ofrecen las tecnologías, para recordarnos todo, terminaremos con Alzheimer prematuro o amnesias permanentes o que sé yo. Por mientras, seguiré sacando fotos, grabando videos, escribiendo o guardando cuanta evidencia exista de todo lo que ocurra en mi vida.

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