lunes, 24 de diciembre de 2007

Carlitos ...

Hoy estuve en el funeral de un colega y ex compañero de Universidad, de sólo 27 años.

Para los cientos de personas que estuvimos con él (física o espiritualmente) fue una extraña mezcla de incredulidad, pena, rabia y alegría.

Incredulidad porque la noticia nos llegó de un momento a otro, porque hasta el sábado en la madrugada él estaba como siempre, disfrutando la vida, rodeado de sus amigos y entregando alegría.

Pena porque no contaremos más con su presencia terrenal (porque en espirítu y recuerdos vivirá siempre en cada uno de los que tuvimos la fortuna de haberlo conocido).

Rabia porque no es justo que Dios se lleve a una persona como él, de una manera tan inesperada, y dejando a muchos familiares, amigos, colegas y compañeros de trabajo sumidos en un dolor profundo.

Pero a la vez alegría de comprobar que pasó por la vida de tantas personas, que lo quisimos y lo queremos mucho, porque siempre fue humilde, generoso, sencillo, alegre y preocupado por las personas, tanto de sus amigos como aquellos que lo conocieron en su trabajo o estudios.

Carlitos: Simplemente gracias por darnos la oportunidad de conocerte, de compartir contigo, de disfrutar de tus bromas, de tu eterna capacidad de hacer reír y reflexionar, de tu capacidad de unir a las personas, de tu búsqueda y lucha incansable por mejorar la vida de quienes te rodean.

Como olvidar tantas anécdotas, paseos y carretes compartidos. Cómo olvidar esos años en que fuiste delegado de deportes de la Escuela y entregaste lo mejor de ti, en cada uno de los partidos de fútbol, básquetbol, etc. Al punto de entrar a la cancha si era necesario, o de hacer el grito de la Escuela, porque nadie más se atrevía ...

Como olvidar que siempre estuviste dispuesto a dar un consejo, compartir una experiencia, o facilitar lo que fuera necesario, ante nuestro temor por las primeras prácticas, la tesis y varios trabajos de algunos ramos. Siempre explicando con tu paciencia y esa confianza que hacías sentir. Incluso quienes no éramos tus amigos, sólo conocidos o cercanos, sabíamos que podíamos contar con tu ayuda, para lo que fuera.

Para todos fuiste Carlitos, para tu familia "Pollito" ... para mí eras "Plumoncito", sólo tú sabes y sabrás por qué lo digo ...

Te extrañaré demasiado!!! Y aunque nunca te lo dije, siempre te tuve mucho cariño, por ser una persona transparente y generosa, y por tu infinita capacidad de entregar amor y alegría a quienes te rodean.

Quiero pedirte un favor ... ya que estás allá arriba, haciéndole bromas a Dios y saltando en el tablón del Cielo, alentando a Wanderers, ¿podrías darle un abrazo de mi parte a todos los que ya se fueron? A mi papá, a mi madrina, a mi abuelita y a mi tío Lucho ... sé que lo harás.

Para ti, una canción de Calamaro, llamada "Los chicos", que me hace mucho sentido cada vez que la escucho pensando en ti ...

"Si te toca ir arriba antes que yo,
porque existe la vida eterna,
lleva de parte mía un cucumelo,
por si no llovía en el cielo,

y de parte de los 22,
se lo das al chico cuartetero,
y dale un abrazo muy largo,
a mis amigos que se fueron primero

También lleva algunas canciones de nosotros,
Que van a causar gran posteridad
Supongo que habrá una ciudad entera
y me sirve de consuelo si me esperas allá.

Muchos amigos se fueron antes que yo,
y me dejaron solo,
por eso si en invierno hace frío,
también bajo al infierno un poco,
al infierno un poco.

supongo que nadie se va del todo,
espero que exista algún lugar,
donde los chicos escuchen mis canciones,
aunque no los escuche opinar.

Toma una lista de mis amigos ,
quiero convencerlos que vuelvan conmigo,
si no, van a esperar mucho, y hace mucho
que los quiero ver.

Por eso si en invierno hace frío,
también bajo al infierno un poco.

Toma una lista de mis amigos ,
quiero convencerlos que vuelvan conmigo,
si no, voy a esperar mucho, y hace mucho
que los quiero ver"

jueves, 13 de diciembre de 2007

La memoria ...

El primer fin de semana de este mes anduve de carrete cumpleañero en Horcón ... pa variar!!! Definitivamente, me encantaría pasar muchos más días allá. Aunque fuera una semana completa de vacaciones. Es tan rico desconectarse de todo, ver pura playa, campo, perros iguales y gente súper relajada. Además de comer empanadas de camarón queso cada vez que tienes ganas, ir al único supermercado que existe y estar rodeada de gente que quieres mucho o que son significativas para la persona que amas.

Cada vez que voy me quedan menos deseos de que llegue el domingo en la tarde, porque eso significa despertar del sueño exquisito, dejar de estar rodeada de personas que ya no pueden ser más buena onda, con copete rico, comida rica, música, bailes, disfraces, conversaciones incoherentes, creatividad, risas por montón, aire puro y sensación de relajo. Ojalá el tiempo se detuviera o se prolongara lo máximo posible

Siempre me pasa que quiero capturar cada segundo, y retenerlo en mi memoria hasta la próxima vez que vuelva a Horcón. Pero esta vez no pude ... Nunca me había pasado, no sé si atribuirlo al hecho de probar una cerveza nueva (Antillanca, de litro y medio en envase plástico, creo que la venden sólo en el Jumbo) que quizás tenía "extraños efectos secundarios", al cansancio acumulado de la pega y otras cosas, o que sencillamente tomé toda la tarde, o me arrebaté con el aire marino; pero la cosa es que tengo una laguna mental casi del tamaño del Oceáno Pacífico. No me acuerdo del momento en que cantamos el "Cumpleaños Feliz", ni cuando le entregamos el regalo al festejado, ni de otras cosas que quedarán como archivos clasificados entre los que estuvimos presentes.

Ni siquiera me acuerdo de haberme sentido mal (de hecho en todas las fotos aparezco re feliz, jugosa, candelosa y gozadora), como sí me ha pasado antes, como pa decir que tomé mucho. Me asusté tanto cuando me di cuenta, que me sentía como el tipo de "Memento", o más bien como "Mamerto" (trailer del Club de la Comedia).

Por lo menos al día siguiente me enteré que le pasó a la mayoría de los que estábamos ahí ... "mal de muchos consuelo de tontos", pero bueno ... peor es quedarme con la preocupación eterna, de alguna manera tenía que racionalizar la experiencia. Primera y única vez que me pasa. Por lo menos, los ataques amnésicos nos dieron a distintas horas o momentos, y quedó suficiente material audiovisual como para reconstruir la historia.

No es por excusarme, pero en realidad, gracias a tanto adelanto tecnológico, cada vez ejercitamos menos la memoria.

1. Antes, con cueva tenías agenda de papel, donde pegabas puros recuerdos que en esa época fueron importantes pa ti, o los afirmabas con clips de colores, y la agenda te quedaba ultragorda. Ahí también anotabas los cumpleaños de tus amigos y gente significativa. Ahora te llegan avisos de los cumpleaños al correo electrónico, hasta con sugerencias de postales que puedes mandar. O mejor aún, ocupas compulsivamente la agenda del celular. Es decir, ahora no sólo anotas y miras, sino que además te recuerdan exactamente en el día y hora que lo necesitas.

En realidad yo anoto puras tonteras, además de los cumpleaños, como que tengo que comprar el pan, recoger la ropa, ver mis series favoritas o llamar a alguien. Mi pololo anota las canciones que quiere que le baje del Ares o las cosas que me quiere contar cuando nos vemos el fin de semana.

2. Antes, o te sabías los números de teléfono de memoria o los anotabas por ahí, en alguna libreta, de esas chicas con imán que te cabían en la billetera, o en la famosa agenda, aunque fuera esa toda ordinaria que te daban en el colegio. Eso implicaba que te los terminabas aprendiendo igual, de tanto marcarlos. Pero resulta que ahora los teléfonos celulares y también los fijos tienen agenda, buscas el nombre y apretas el botón de marcar y listo ... por eso con suerte me sé el número de mi casa, sólo porque lo tengo hace más de 10 años.

3. Antes, si te gustaba una canción y te querías aprender la letra, la escuchabas hartas veces (en caset) y escribías la letra tú mismo ... de tanto oírla ya te la sabías antes de terminar la transcripción. Ahora te metes a cualquier buscador y listo ... o ni te la aprendes y la cantas en karaoke ... está todo ahí.

4. Los computadores tienen gran culpa de que no usemos nuestra capacidad biológica o cerebral de almacenamiento. Sinceramente, no me sé ninguna página web de memoria, las agrego todas a "marcadores", que en Mozilla Firefox es lo mismo que "favoritos" del Internet Explorer. Lo que significa que si estoy en otro computador, además de meterme a google o a mi correo ya no sé que más hacer, excepto si el nombre de la página es muy obvio o corto, como "terra.cl" o algo así.

5. Otra tontera que uso mucho, y sólo porque el computador es ocupado exclusivamente por mí, es esa opción de recordar las contraseñas. Resultado: tampoco me acuerdo de las contraseñas. Ni siquiera me he podido aprender la clave de mi AFP, y eso que tiene sólo 4 cifras. ¿Qué voy a hacer el día que se me desconfigure el computador o muera para siempre, sin avisarme?

6. Antes, si lo pasabas bien o conocías lugares nuevos y querías conservar para siempre "el momento Kodak", con suerte alguien sacaba fotos (con rollo y revelado en papel, por lo que quizás nunca las vieras), o quedaba todo en tu cabecita ávida de nuevas experiencias. Pero ahora pa eso están las cámaras digitales y los celulares con cámara pa sacar fotos y grabar videos, incluso audio, capturando toooodoooo, incluso de cosas que después no quieres recordar, sobre todo si estabas bajo el efecto de alguna sustancia ... Uuuuffffff!!! Lo peor es que es más fácil que te funen y te conozcan en todo el mundo ... ¿O no, Naty?

Al final yo creo que vamos a terminar igual que ese comercial de un servicio de cable, donde a través de una pantalla te informaban quien era la persona que tenías al frente. Onda "guatón barsa, Horcón, verano 2005, le gustaba tal y tal cosa".

Lo único que espero es que no se me olvide la contraseña de mi blog, o donde vivo, o que micro tengo que tomar pa llegar a mi casa ...

En un momento de ataque apocalíptico llegué a pensar que debido a la comodidad que nos ofrecen las tecnologías, para recordarnos todo, terminaremos con Alzheimer prematuro o amnesias permanentes o que sé yo. Por mientras, seguiré sacando fotos, grabando videos, escribiendo o guardando cuanta evidencia exista de todo lo que ocurra en mi vida.

domingo, 25 de noviembre de 2007

Mi amiga Monse

Hace un tiempo atrás escribí una especie de homenaje a mi amiga Coté, la única que logró que ya no odie los malls y me volviera una mina fashion glamorosa.

Pero ahora hablaré de otra amiga mía. Si la Cote se ganó algo así como "el premio revelación", pa la Monse sería algo así como "el premio a la trayectoria".

El otro día nos juntamos después de meses sin vernos, y entre la chorrillana, la chela negra y la conversación, fue inevitable que por mi cabeza pasaran imágenes de recuerdos, igual que en esos monitos japoneses cuando muestran puros momentos felices e importantes.

Sobran los motivos para este ataque de melancolía, y serían los sgtes:

1. No siempre hemos sigo amiguis-yuntas, pero nos conocemos desde 1º básico y nunca hemos perdido el contacto. Es decir, hemos compartido 18 años juntas, incluyendo el año que también fuimos compañeras de U en Periodismo.

2. También me acordé de esos momentos ñoños, como cuando del colegio nos mandaban a unos concursos de ortografía que organizaban los del Rotary Club en Valparaíso, o cuando nos hacían aprendernos de memoria unas preguntas pa un concurso súper religioso que hacían en el mes del colegio, sobre todos los santos y la virgen y esas cosas. Como que siempre nos tuvieron fe pa que representáramos al colegio en todas partes.

3. Las 2 estuvimos en el taller de teatro del colegio en la Ed. Media y cuando hicieron la 1ª prueba de actuación, ensayamos juntas.

4. En 8º básico, cuando estaba todo el auge del funk, estábamos horas hablando de ese estilo, de los Red Hot, Chancho en Piedra y otros grupos. En ese tiempo no había youtube y casi nadie tenía cable, así que obligadas a ver los videos en Más Música u otros programas de ese estilo que daban el fin de semana. De hecho, el otro día bajé el One Hot Minute en MP3 y era tooo el rato acordarme de ella.

5. También nos dio por escuchar Faith No More y Soundgarden, grupos que todavía idolatramos.

6. Ambas estábamos en el taller de Literatura del colegio, aunque debo reconocer que ella es mucho más talentosa y hasta mandó cuentos a concursos. A mí me alcanzaba pa escribir cosas en el diario mural no más.

7. Todavía se acuerda de mi vestido de la fiesta de graduación y yo me acuerdo de su vestido. De mis demás ex compañeras, con suerte me acuerdo del nombre.

8. El único año que estuvimos juntas en la U hicimos juntas todos los trabajos grupales y hasta carretéabamos juntas en el Roma.

9. Es la única amiga que conoce a todos mis pololos importantes. Incluso al nivel de salir los 3, con mi pololo y ella, cosa que no sé si haría con otra mina.

10. Cuando mi actual pololo recién estaba aprendiendo a manejar (por ahí por el 2000), casi nos morimos, porque el lindo, de puro buena onda, la fue a dejar a la casa en el auto del papá. Entre la curadera y la poca experiencia se le ocurrió adelantar a una micro en una subida y casi chocamos con la micro que venía en sentido contrario. Del puro susto alcanzamos a decirnos que había sido un gusto conocernos. Menos mal que quedamos vivas, y con el auto de mi suegro en buenas condiciones.

11. Yo creo que ha estado en casi todos mis cumpleaños a los que la he invitado, pese a que su hermano está de cumple el mismo día. Aún me acuerdo de esa vez que me dijo en el Leo Bar que le gustaba Bono (el de U2) porque le encontraba "una nariz fálica" ... jajaja, nadie puede!!!

12. Conozco casi todos los deptos. en los que ha vivido. Y eso que se vive cambiando ...

13. Es una mina re interesante, casi una enciclopedia ambulante del cine y la literatura. Podemos hablar de todo, desde lo más profundo hasta lo más liviano o absurdo, como los personajes de la antigua SCA.

14. Debe ser la única amiga que sabe absolutamente todo de mí, en términos familiares, emocionales y psicosociales. Con ella siento que soy absolutamente yo, y eso que me cuesta contar mis problemas. Incluso no es necesario que le cuente todo, porque tiene una capacidad de reflexión y análisis impresionante, casi psicoanalítico.

15. Todavía me acuerdo que éramos las más buenas pa comer del curso. No somos pa ná gordas, pero cuando en el colegio celebraban todos los cumpleaños del semestre un papá regalaba una torta con manjar, y era tan hostigosa que nadie se comía el pedazo entero, excepto nosotras que nos devorábamos todos los restos que dejaban las demás. También me acuerdo de una vez que nos comimos un paquete gigante de papas fritas entre las 2 o cuando hicimos completos acá en la casa, mientras estábamos viendo "Crash, extraños placeres" (la de David Cronenberg) en video y justo llegaron mis papás. Tuvimos que sacar la cinta del video, porque era obvio que pa mis papás (y pa cualquier papá) era porno estar mirando una película sobre un grupo de gente que se calienta con los accidentes de autos, y otras cosas "inapropiadas" para las niñas de la edad que teníamos en ese entonces (como 15).

16. Nos íbamos a tomar unas chelas en la tarde a un local de Chacabuco o al Roma y llegábamos en la noche a mi casa, arriba de la pelota. Y nos poníamos a cantar Angra o Fugees. O canciones de nuestro placer culpable, Ricardo Montaner.

17. Mientras su sueño es estudiar cine, el mío es cantar profesionalmente o más allá de los cumpleaños o carretes. Cuando nos juntamos, soñamos juntas y nos contamos nuestros planes y visiones de la vida, muchas veces coincidentes. Como eso de no tener hijos hasta que nos autorrealicemos profesional y personalmente.

18. Hasta el día de hoy nos juntamos a conversar y a comer comida chatarra, con sus buenos shop.

Debo reconocer que ese día de nuestro reencuentro las horas se me pasaron volando ...

domingo, 18 de noviembre de 2007

Los médicos

Más de algún "estimado contertulio, dignísimo conciliábulo o guapísima contumelia" (como diría Patito Pimienta) se habrá preguntado por qué después de mi productivo bloggero mes de octubre, anduve tantos días desaparecida del ciberespacio.

Lo que pasa es que anduve pituteando para la misma consultora de Stgo. en la que trabajé en Agosto, aunque estaba vez me quedé en la V Región.

Mis entrevistados fueron nada menos que aquellos personajes admirados, envidiados y eternamente necesarios en nuestra vida. No me refiero a los futbolistas ni a los dueños de bares o botillerías. Estoy hablando de los médicos.

Todos hemos tenido contacto con algunos más de una vez, como pacientes, desde que nacemos. De hecho a mí me han operado 2 veces y me tengo que controlar cada cierto tiempo, así que algo los conozco. Aunque mi encuentro semanal más cercano ha sido a través de mi seguimiento incondicional de todas las temporadas de Dr. House y Nip/Tuck. Porque es distinto ir de paciente, a una atención profesional, que a entrevistarlos respecto a su opinión de temas específicos, ya que generalmente ahí terminan "mostrando la hilacha".

Cuando fui a la capacitación para hacer el estudio, la psicóloga que hace los análisis de contenido e informes de las entrevistas, nos advirtió que nos enfrentaríamos a un gremio bastante cohesionado, quisquilloso, arrogante, casi intocable y todas esas cosas. Poco menos que si querían nos iban a negar las respuestas o nos tramitarían demasiado para todo ...

Para variar, me pasó todo lo contrario, los 12 médicos que conocí tuvieron bastante disponibilidad y ganas de colaborar ... aunque había que pagarles a todos ... lo más cierto es eso que no mueven un dedo si no hay plata. Pero en lo demás no me puedo quejar.

Eso sí, me encontré con varios personajes disímiles y pintorescos. Si los tuviera que clasificar, diría que conocí a:

1. El ginecólogo sin filtro: Una mezcla entre Benny (el de "Enchufa, enchufa") y Daniel Vilches. Cada 10 palabras decía un garabato (que obviamente tuve que editar al momento de transcribir). Era tan "especial" que hasta inventaba palabras, como "pencófilo" o "lentófilo". Todo un académico de la lengua ... y más encima patudo, me dejó invitada a su consulta y me trató todo el rato de "flaca". Jura de guata que voy a volver, a verlo a él seguro, "en tu mente", jajaja.

2. El traumatólogo erudito: Hablaba con puras terminologías médicas. Hasta metía frases y palabras en latín, fue una conversación bastante elevada en contraste con la anterior. Casi tuve que meterme a wikipedia pa entender la mitad de lo que decía.

3. El cirujano infantil con vocación: Un viejito bastante amoroso, de esos que los ves y piensas "si yo tuviera un hijo enfermo, se lo traigo altiro, sin dudar". Era tan buena onda que fue a su consulta pa puro responderme la entrevista. Punto aparte era la secretaria, que reclamaba por todo, era como "pitufa gruñona".

4. El cardiólogo seductor: Me pasó que lo vi y pensé "¿qué le vio mi amiga que se metió con él?". Porque lo encontré viejo, pelado, canoso y negro. Pero a medida que íbamos conversando me di cuenta (aunque no es de mi gusto) que su acento extranjero (de no se qué país de Sudamérica) le da un toque especial de seducción. Además como que expele feromonas en cantidades industriales. Si tuviera que relacionarlo con una canción, sería "Love is in the air" ... usará Axe? jajaja.

5. El doctor viejito desconfiado: Al principio no me quería dar la entrevista. Tenía unos rasgos medio paranoides, me decía que no iba a contestar nada porque no sabía que harían con sus respuestas, que no le gustaba usar grabadora, que prefería que yo escribiera todo lo que él decía (era una larga entrevista en profundidad, todavía estaría metida en su consulta escribiendo), que quizás en qué se iba a meter por mi culpa, que no me conocía y no podía confiar en mí, que si yo mandaba la información a mi empresa quizás que harían porque yo no tenía idea de lo que pasaba después que mandaba las transcripciones; y una larga lista de complots contra él y los médicos de Chile.

Poniendo a prueba mis habilidades de persuación, lo terminé convenciendo y me respondió todo!!! Al final reconocío que era jodido y quisquilloso. Lo conquisté diciéndole que para mí "nada es imposible" (pasada a frase de Nike o no sé que marca deportiva) y contándole que había nacido en el Hospital Deformes, que ya no existe (porque ahora está el Congreso ahí), ya que él trabajaba ahí antes.

6. El autorreferente: Ese que te responde la pregunta y de a poco se empieza a desviar del tema, contándote su vida, su experiencia y su filosofía de la existencia humana. Con frases como "es que MIMIMIYOYOYO trabajé tantos años en el Fricke", "porque YO estuve en Estados Unidos", "YO pienso que en Chile las visitas al hospital son una especie de penitencia o actividad social". Y así, puros "YO opino", "YO pienso", "porque a MÍ me pasó ...", etc.

7. El urólogo con papa en la boca: No podía ser más cuico pa hablar. Además era multifuncional, mientras me hablaba revisaba su notebook, mandaba mensajes multimedia, se cortaba las uñas y pensaba en la vacuna contra el cáncer. La verdad es que sólo ocupaba el computador, pero no me extrañaría que pudiera hacer todo lo demás, sin desconcentrarse, "repetir ni equivocarse". Después descubrí, leyendo esas revistas "In Vitro", que son de médicos y abundan en las consultas, que era Presidente de un reputado centro médico de la región. Ahí entendí lo polifuncional y ABC1 que era.

8. El clon de Dr. House mezclado con Bonvallet: Se creía el tipo más interesante del mundo y que por eso lo iba a entrevistar. Se autodenominaba "el gurú" y le mandaba saludos a "toda la plana mayor" de la Isapre que encargó el estudio, con nombres y todo (como si yo los conociera). Con claros rasgos narcicistas, despreciaba la opinión de sus colegas y hacía puras bromas pasadas a humor negro. Pero dentro de todo, se notaba que se preocupaba de los pacientes, al punto de tener miles de cajas de muestras médicas pa regalar y cobrar menos que sus colegas por una consulta particular.

9. El viejito jubilado, pero aún activo: De esos que son médicos hasta que se mueren. Jubiló en Canadá, pero sigue ejerciendo en Chile, desde hace poco. Con tanta vocación, que le hice una pregunta médica y hasta me examinó. Gracias a él descubrí que tengo "fragilidad de los vasos capilares", y por fin supe la causa de mis extraños moretones (llamados "equimosis" en jerga médica) que aparecían sin motivo ni explicación aparente. Porque mi pololo no es un potencial femicida. Es celoso, pero jamás me pegaría ni me gritaría "Andai puro maraqueando!!!"

10. El neurocirujano interesante: No sé si es porque era el más joven, tenía una cabellera larga y salvaje (como Antonio Banderas en "Desperado"), era el más buena onda o con voz más agradable (pese a que él consideraba que tenía "voz de tarro"). Cuando lo vi, me pregunté, por primera y única vez, como será andar, salir, comerse o pololear con un médico.

Porque se supone que son más inteligentes que el "shileno medio", ganan harta plata, generalmente leen mucho, conocen el mundo (gracias a sus becas, Seminarios, Congresos y todo lo demás), salvan vidas y gozan de un estatus bastante elevado, te pueden atender gratis o te recomiendan un colega y puedes conocer más médicos gracias a ellos, etc. Además neurocirugía me parece una especialidad interesante y compleja, ya el nombre es como importante y rimbombante. Sólo con que me sanara de mis jaquecas esporádicas, sería feliz.





lunes, 29 de octubre de 2007

Trilogía, tripleta o "tres al hilo"

Antes de extenderme en esta publicación, me gustaría darles un consejo: Si va a estar de aniversario de pololeo y piensa celebrarlo, mejor no lo haga, menos se le ocurra planificarlo con meses de anticipación. Es por su salud ... lo pasará bien, lo más probable es que comerá, tomará y bailará bastante, pero le advierto: esas celebraciones tienen un efecto secundario bastante desagradable, llamado "gastritis aguda". Acabo de experimentarlo este fin de semana, terminamos re enfermos con mi pololo, y fue inevitable acordarme de mi amiga Coté (mi dupla en "cabras chicas gritonas", versión V Región) y de su pololo, que terminó con gastroenteritis aguda e internado en la clínica después que celebraron su aniversario de pololeo.

Estadísticamente no es muy representativo basarse en dos casos para elaborar una hipótesis. Pero ¿será una maldición de los aniversarios celebrados? ¿Será coincidencia? O como me dijo hoy una señora en un negocio de Playa Ancha (antes que casi me desmayara de la fatiga y la sed, por trabajólica) ... ¿"es un virus"?

Me quedaré para siempre con la interrogante, aunque hay algunas cosas de las que tengo mayor certeza, y es de eso que pienso escribir hoy.

Son 3 aspectos, que si bien se interrelacionan, perfiero relatarlos por separado.

1. Razones por las que me gusta mi trabajo

Hace meses atrás escribí respecto a las ventajas de NO tener pega. Ahora puedo escribir, con propiedad, sobre las ventajas de SÍ tener pega. Podría irme en todo un rollo existencial, de que me siento útil y productiva, autorrealizada y un aporte para la sociedad. Pero en realidad la mayor ventaja es que ganas plata; y cuando no tienes hijo(s), marido ni deudas, ni te piden que aportes en tu casa, todo queda para ti. Y te puedes comprar las cosas más entretenidas que siempre quisiste tener (desde un traje erótico de enfermera hasta una blusa XS ultra fashion glamorosa) o gastarla en lo que se te ocurra, sin ninguna culpa (como una entrada pa ver El Club de la Comedia en Viña), pues todo lo que gastes (y ahorres también), te lo ganaste con tu propio esfuerzo.

Pocas veces he escuchado a una persona decir que le gusta su trabajo (excepto los actores y músicos en las entrevistas), pero yo puedo decir con sinceridad que me gusta lo que hago, más que nada por las condiciones de trabajo:

a) Puedo ser bastante honesta con mi jefe y el coordinador del proyecto, al punto de decirles que no voy a hacer "X" cosa porque estoy chata o siento que he aportado bastante, o simplemente no tengo ganas de dedicarles toda la semana. También han tomado en cuenta mis opiniones, sugerencias o críticas, aunque me haya integrado recién hace 2 meses.

b) Trabajo sólo 2 días en terreno y una vez a la semana hay reunión, a la que no es obligación asistir. En esos 2 días de terreno, dependiendo de la etapa del proyecto en que estemos, puedes trabajar 3 u 8 horas. Al final nadie te exige que cumplas horarios ni días, sólo metas. Mientras visitemos a las 45 familias asignadas está todo bien. Y no pagan mal ...

c) Así como no hay horarios ni días, tampoco hay ropa formal. Te vistes como quieres y nadie te critica ... me cargan los uniformes y las imposiciones, por lo tanto estoy feliz. Lo mejor es que este trabajo me permite hacer otras cosas, como las entrevistas para la consultora de Stgo (y de paso ganar más plata)

d) Las visitas a terreno son tan relajadas y las familias son tan buena onda, que ya nos han regalado vasos de bebida (cuando andas horas y horas recorriendo casas, un vaso de lo que sea se agradece), helados de leche y pedazos de torta de frutilla. Las personas más pobres son las que más comparten lo poco y nada que tienen ... no como esas viejas cuicas que te invitan a tomar once y tienen todo medido y justo con una porción por persona.

e) Me encantan las guaguas, niños chicos y animales y en la segunda visita ya andaba tomando en brazos a guaguas risueñas, niños inquietos, perros, gatos y conejos. Si estuviera encerrada en una oficina o trabajara con otro tipo de gente eso sería imposible. A veces hasta se me olvida que ando trabajando.

2. Anécdotas de celulares

Hace casi 2 meses tengo celular nuevo. El anterior era tan antiguo que ya no lo venden (me duró 3 años y todavía estaba bueno). Al parecer todavía no me acostumbro mucho al nuevo teléfono, porque ya me han pasado 2 cosas:

a) El martes pasado iba caminando por Viña, camino a la reunión semanal de la pega, y comienzo a escuchar un celular con el ringtone de "Even Flow". Lo primero que pensé fue "Oh, que buena, alguien tiene un celular que suena igual al mío" ... más pava yo!!! era mi celular el que estaba sonando dentro de mi bolso, y no me había dado cuenta!!! Menos mal que alcancé a contestar, pero hay que ser "terrible´polla" (como diría el "terrible´ jefe") pa que te pase eso, jajaja. Es el colmo personalizar el celular y gastar $1.300 en un ringtone polifónico pa después no darte cuenta que es a ti que te están llamando por teléfono!!!

b) El viernes de la semana pasada tuve mi primera entrevista con un médico, para el estudio de la consultora de Stgo. Andaba con mi bolso nuevo, y empiezo a buscar mi celu en el bolsillo chico de atrás, mientras esperaba que el doctor me atendiera. No encontraba el teléfono y me empezó a dar la desesperación, básicamente porque aún no respaldo varios de los números nuevos (que son los más importantes) y porque me lo regaló mi pololo y todavía lo está pagando. Por las fotos y esas cosas no me urgí, porque las tengo respaldadas, y no había ninguna comprometedora. Hasta busqué debajo de los asientos o pensé que se me había caído en el colectivo, camino a la consulta, debido a mi manía de mandar mensajes de texto en cantidades industriales mientras ando en micro o colectivo (es que me aburro y el resto del día no tengo tiempo).

Ya fue tanto que se me ocurrió preguntarle a la señora que estaba sentada al lado mío si tenía saldo en su celu para llamarme a mí misma. Por último si alguien lo había encontrado, ojalá fuera buena onda, amable o buen samaritano y me lo devolviera. Estaba en eso y me doy cuenta que el bolsillo chico de mi cartera estaba roto, pero sólo el forro, así que el teléfono estaba entre éste y el exterior de la cartera. Después del susto quedé toda tiritona de la sola idea de haber perdido el famoso aparato. Obviamente lo primero que hice cuando llegué a mi casa fue coser (ultrarreforzadamente) el mentado forro del bolsillo.

3. Que es chico el mundo!!!

Hoy descubrí 2 hechos que me confirman este "disho popularsh":

a) Me enteré que mi compañera de trabajo, mi dupla agrónoma, es amiga desde chica de una prima de mi pololo. Incluso ambas estuvimos en su baby shower este verano. Pero no me acordaba de su cara, y ella tampoco de la mía. Otra cosa que nos pasa es que casi todos los fines de semana carreteamos cerca una de la otra, o en el mismo local, pero nunca nos encontramos o nos vemos.

b) Mañana tengo una entrevista con un cardiólogo de una clínica privada. Lo divertido es que este médico fue "amigo con cover" de una muy amiga mía, hace años atrás. Que conste que yo no elegí la clínica o la especialidad ... fue pura coincidencia!!!

domingo, 21 de octubre de 2007

Locuras por amor

Si hay algo que tengo claro en la vida, es que jamás iría a uno de esos programas mamones como "Pasiones" u otros, donde las personas van a exponer (para Chile y el mundo) sus romances, engaños, historias turbias y ranciedades varias.

Si me mando una cagá nunca iría a la televisión a mostrar mis "locuras por amor" para que me perdonen. Como si no bastara con que tu pareja se enteró que te metiste con otro/a, ¿más encima tienes que publicarlo para todo el que vea el programa? (más los que sepan por comentarios). ¿Eso no será "autofunarse" bastante, digo yo?

Si alguien pasaría o pasó por esta experiencia, cree que es necesaria o ve el programa y se conmueve con las historias, le diré que respeto su opinión y sus gustos, aunque no los comparto. Prefiero reírme con las rarezas piturrientas y pocilgosas del Diario de Eva, programa que tampoco veo, pero me hizo reír por lo menos el otro día que estaba Sergito Freire de jurado en un "concurso de talentos" (Gracias Coté por avisarme).

Aunque parezca insensible con mis palabras, yo también he estado enamorada (y creo que lo estoy ahora) y he hecho algunas cosas que jamás pensé que haría, simplemente "por amor" o enamoramiento. Esos momentos en que tus hormonas, emociones y reacciones fisiológicas superan a tu racionalidad.

Quizás he hecho más cosas de las que recuerdo, quizás mi inconsciente bloqueó algunas imágenes por salud mental, pero si tuviera que hacer un recuento rápido, puedo evocar 2 hechos concretos:

1. Corría el año 2004, en ese tiempo yo pololeaba con un compañero de curso que era el delegado de deportes de la carrera. Obviamente yo lo acompañaba pa todas partes, como los campeonatos de fútbol, vóleibol, básquetbol y todo eso. Un día, había un partido de baby fútbol femenino. Hasta ahí todo bien, pero llegamos al gimnasio y faltaba una integrante pa conformar el equipo, de lo contrario la carrera perdía el partido por no presentarse.

A él no se le ocurrió nada mejor que pedirme (más bien suplicarme) que jugara, aduciendo una serie de argumentos como el honor, el compromiso, el poner la cara por la Escuela, aperrar por él y otras cosas más. Alguien podrá decir (especialmente los hombres) que jugar baby fútbol no tiene ninguna complicación. Pero debo explicar que yo jamás he practicado algún deporte, además de "rayuela corta" y "lucha libre en el ring de 4 perillas". Con suerte he hecho aeróbica y baile entretenido en cierta etapa de mi vida, sólo por recomendación médica (para fortalecer los huesos, según el traumatólogo) y por autocuidado físico y psicológico (terapia entiestrés porque liberas endorfinas), pero pa los deportes con balón soy más que negada, por mi descoordinación motora crónica y todo eso. Hasta estuve eximida de Educación Física en 3º y 4º Medio.

Y al lindo no se le ocurre nada mejor que ponerme en la defensa (además de delegado era el D.T). Yo rezaba (algo que casi nunca hago) para que llegara otra mina de la carrera y me librara del suplicio, pero pasaban los minutos y no me quedó otra que inscribirme como parte del equipo y jugar (o intentarlo). Estaba tan nerviosa que ni siquiera recuerdo contra que carrera jugamos. El pobre árbitro debe haber estado chato porque me tenía que explicar como tirar los corner, los tiros libres y hasta los pases (yo cacho que pensó que yo había llegado a la U por "admisión especial" o por algún "proyecto de integración" ... ¿cómo tan weona la mina?). Porque debo reconocer que es muy distinto ver los partidos de la U (grande el Bulla!!!) o de los Mundiales, que estar ahí en la cancha. Por lo menos ganamos, pero jamás he vuelto a pisar un gimnasio y/o cancha de fútbol y menos volví a pololear con un delegado de deportes ni un deportista.

2. La otra locura por amor se remonta a estos 2 últimos años. He llegado al punto de viajar 2 horas de ida y 2 horas de vuelta sólo para estar 2 horas en Santiago, "comiendo" ... y almorzando también, con mi actual pololo. Todo porque él trabaja allá y una semana me aburrí de verlo sólo los sábados.

Esa vez tuve que hacer el tremendo operativo de coordinación, porque a mi mamá poco le falta para hacerme un seguimiento con GPS para saber donde estoy. Así que conté con la complicidad de mi compañero de tesis pa desaparecer de mi casa desde las 12:00 hasta las 19:00 hrs.

Si eso ya es como mucho, varias veces hice la gracia de viajar en la noche a Santiago y volverme a la mañana siguiente, aprovechando que mi mamá andaba en el Sur visitando a mi abuela. Llegaba como a las 21 hrs. allá, salíamos con mi pololo a recorrer locales varios de Bellavista y otros sectores céntricos (conocí el Liguria y la Fuente Alemana, entre otros), dormíamos escasas horas y me venía, cagada de sueño, con caña y con menos plata, pero feliz.

El año pasado no era tanto sacrificio porque pagaba pasaje estudiante, pero este año estuve 7 meses sin pega y con cada vez menos "dinerrro". Lo peor eran los rollos culposos que pasaban por mi cabeza. Mi pobre madre juraba de guata que yo estaba cuidando el departamento, acostándome temprano y durmiendo con la gata. Afortunadamente nunca fui testigo o protagonista de un accidente u otro hecho noticioso durante el viaje o la jornada de carrete, porque ahí si que me hubiera funado. Tampoco pasó nada en este pobre depto abandonado, y menos mal que la gata no habla, porque me habría denunciado por negligencia, o de puro sapa o envidiosa no más.

Definitivamente he hecho esto y lo haría sólo él. Debo reconocer que esas escapadas han valido la pena absolutamente, porque me permitieron conocer su mundo capitalino antes de mi estadía legal durante agosto.

Aunque yo creo que la mayor locura por amor es estar a punto de cumplir 2 años de pololeo con él, después de tantos años interrumpidos, con términos, reconciliaciones y períodos de prueba. La primera vez sólo faltaban 4 días pa cumplir 2 años y a mí no se me ocurrió nada mejor que terminar la relación. Hasta ahora no tengo motivos (y espero que él tampoco) pa dejar todo hasta acá. Nos costó años de madurez y caídas varias, con sus respectivos aprendizajes, así que no desperdiciaría esta relación por nada del mundo.

Más ahora que me ha dado un nuevo motivo para admirarlo y amarlo aún más. Se supone que uno siempre busca lo que le falta en su pareja, y yo tengo cero capacidad de reacción en momentos inesperados y complicados (en buen shileno, no sirvo "pa sacarme los pillos") lo que a él, definitivamente, le sobra.

Para explicar lo anterior, es necesario que cuente que ayer fui a su casa (la de sus papás en realidad) porque íbamos a estar solos. Obviamente nos juntamos a hacer lo que haría cualquier pareja de pololos que no se ve durante toda la semana y aún mantiene la atracción física, o más bien ha aumentado su nivel de candela, lascivia y lujuria con los años. Resulta que después de "dar rienda suelta a nuestros bajos instintos", nos pusimos a tomar helado y a conversar, así de lo más relajados, respecto a nuestro aniversario y los hechos notables de estos 2 años de relación.

Estábamos re bien, rememorando y evocando nuestras efemérides, metidos en la cama "como Dios nos echó al mundo", "en pelotas" o "en bolas" (en el caso de él) o "en gomas" (en mi caso), cuando sentimos abrir la puerta del depto. ... habían llegado sus papás y a nosotros se nos había pasado la hora y olvidado que llegarían temprano.

Gran culpa de eso la tienen las idas a los moteles, porque ahí te avisan que te tienes que ir, o en el peor de los casos, programas la alarma del celular. Pero en su casa nadie nos avisó que nos teníamos que vestir, nadie nos dijo que podíamos conversar, pero vestidos, porque uno no anda por la vida sin ropa, menos adentro de una cama y sin casarse.

Cuando sentí el ruido de abertura de puerta y las voces de sus papás no atiné a nada, sólo exclamé "conchetumadre...", con cara de estupor, y me tapé con la sábana (como si no fueran a cachar que estábamos en plena conversa post sexo). Pero él (más avispado que nunca) atinó a cerrar rápidamente la puerta, vestirse en un micro segundo y ordenarme que hiciera lo mismo (si no me lo dice aún estaría en "estado de shop", con parálisis corporal).

Su mamá intentó abrir la puerta y él le dijo que estaba ocupado. A los minutos aparecimos ambos, con cara de normalidad y ahí quedó el tema. ¿Habrán cachado algo? No tengo idea y poco me importa en todo caso ... tendrían que ser muy ingenuos pa pensar que en 9 años de conocernos jamás ha pasado nada, incluso hemos dormido juntos cuando me quedó allá y saben que dormíamos juntos en Santiago, pero igual me habría dado vergüenza que me vieran mis suegros o les molestara lo care´raja que somos pa ocuparles el depto. para hacer nuestras "cochinadas".

Mi mamá ha estado a punto de pillarme un par de veces acá en la casa y siempre me he salvado gracias a mi pareja. Sin embargo, esas historias dan para otra publicación ...

miércoles, 17 de octubre de 2007

Las "amiguis"

Siempre me he jactado de ser una mina atípica, o de no encajar mucho en el perfil o estereotipo esperado de una mujer, pero hay una persona que ha logrado sacarme de mis esquemas típicos y he terminado haciendo o pensando cosas que antes creía imposibles en mí.

Dicen que no se valora a las personas o a las cosas hasta que las pierdes, pero yo no esperaré que se me pase la vida por el lado. Así que esta publicación es una especie de homenaje a mi amiga Coté, ya que gracias a ella:

1. Nos hemos juntado en un lugar que antes me cargaba: el mall. No es que ahora adore ese templo del consumismo y la comida rápida, pero ahora lo soporto y ya no me dan los ataques de claustrofobia. Aunque aún no entiendo como es posible que la gente pase horas y horas de su tiempo libre metida ahí dentro, y pueda satisfacer todas sus necesidades (comer, comprar de todo, jugar, ver películas, pasear, etc.). Lo peor son esos padres desnaturalizados que van con los hijos, en vez de ir a la playa, al parque, al Jardín Botánico, a los juegos de las plazas, o a caminar por la ciudad.

2. He tomado cafecitos de más de una luca. Antes sólo gastaba eso por una chela o un combinado (con cueva).

3. Ya no odio el típico vitrineo. Hasta disfruto mirar ropa, zapatos o bolsos que jamás me voy a comprar. Incluso me sorprende que a veces nuestros gustos coinciden, y eso que ella es toda "fashion - glamour".

4. Nos hemos prometido que apenas ella tenga pega y plata nos vamos a comprar de esas nuevas cremas bronceadoras. Yo que tanto tiempo cultivé mi look "Miss hawaian closet" o "bronceado de chupódromo" bordeando lo gótico, gracias a mis no - idas a la playa y mi bloqueador factor 50.

5. Me produzco cada vez que nos juntamos. Onda hasta la ropa interior me combina con la polera y el polerón, y los pantalones me combinan con los zapatos y la cartera. Hasta casi andamos con la misma chaqueta. Me miro al espejo y me desconozco. Yo que era toda "hippie - punk - trash - grunge", ahora paso piola como maniquí de Almacenes París. Aunque a mí no me da los mismos resultados, porque a ella la jotean todos; desde el "longi" que atiende en el bar hasta el vendedor de celulares, pasando por los clientes del chupódromo y el tipo que nos ofrece llevarnos en su auto hasta no sé donde.

6. Odiamos a la misma mina. Ella porque joteó a su pololo descaradamente (es decir, por caliente) y yo porque maltrataba psicológicamente a uno de mis mejores amigos (es decir, por bruja). Aunque somos tan buenas que jamás le haríamos un maleficio, pero hay que reconocer que ella es "mala mujer" jajaja.

7. Hablamos de hombres y nuestros gustos tan diversos. Yo que me estaba cuestionando la existencia porque me gusta Sergio Freire (un negrullito como usted o como yo) y ella me sale con que le atrae el "Kalule Meléndez" ... es que nadie puede poh!!!

Nada más te diré ... gracias Coté por inspirar varias de estas publicaciones y por sobredimensionar mi talento narrativo ... Eso de que debería postular al Club de la Comedia, ¿no será mucho?


viernes, 12 de octubre de 2007

La intolerancia

Hasta hace poco pensaba que era bastante tolerante. En general, no tengo problemas en aceptar diferencias étnicas, religiosas, políticas, sexuales y culturales, y me jacto de no juzgar las decisiones o comportamientos ajenos.

Pero ahora me he dado cuenta que hay ciertas actitudes o rasgos que me molestan de la gente cada vez que soy testigo de ellas. No sé si será el cambio de edad o que ahora que trabajo veo estos hechos más seguido.

De partida, si hay algo que no soporto es el cinismo y la hipocresía. Esa típica actitud del tipo que saluda con un "Hola mi niña, ¿cómo está?"(hasta con cara de amabilidad) y apenas esa persona se va hace todo tipo de comentarios negativos, como "A esta mina la tengo atravesada, me cae tan mal y ella tampoco me pasa".

O esa gente que te encuentra todo bueno y después anda pelando o haciendo comentarios hacia quien no corresponde. O que se hacen los choros, y apenas aparece el jefe le hacen la pata.

Como me gusta ser consecuente, soy de esas personas que no calla lo que piensa, sea positivo, o negativo (siempre aportando alguna sugerencia para que las cosas mejoren), y tengo la buena suerte que mis jefes tienen buena aceptación de las críticas. Hasta ahora mis compañeros de trabajo tampoco me han dicho que les moleste. Yo creo que hay formas para decir las cosas a quien corresponde, de alguna manera que no resulte incómodo. Aunque supongo que en algún momento tanta honestidad para decir las cosas me va a traer problemas, pero para eso hay que observar primero a quien piensas dirigir tus opiniones, y después elegir la mejor estrategia (que a veces puede ser quedarte callada si crees que va a ser peor que hables).

Como he dicho antes, prefiero una verdad incómoda que una mentira agradable. Y las críticas o sugerencias siempre son bienvenidas si te sirven para ir mejorando cada día, en todo tipo de ámbitos.

Otra actitud que me molesta en demasía es la clásica necesidad del "shileno medio" de andar aparentando lo que no es, porque vive pendiente de lo que opinen los demás. Esa obsesión por aparentar que se tiene más plata, a punta de endeudamientos varios, (y gastando la plata que no tienen en autos, ropa, electrodomésticos, cable, nana y otras cosas que de verdad no necesitan) el falsear los datos de tu dirección (me tiene chata la gente de Chilquinta, de Esval y los pacos que andan buscando gente de la población del lado, que no quiere reconocer que vive en un edificio más barato e inferior en infraestructura y entorno), el inventar vacaciones en lugares que nunca han conocido, el inventarse una vida social pa que no los encuentren fomes, los weones que inventan que se han comido o han andado con minas pa que los encuentren más interesantes y así un largo etcétera.

Pa que hablar de las minas que se hacen las cartuchas y "no hablan de ciertos temas" (pero apenas las dejan de mirar, siguen con su "doble vida") ... prefiero pasar por care´raja que hacerme la señorita, si no lo soy. Yo creo que es hora de hacernos un buen psicoanálisis como país, y que nos asumamos de una vez.

Otra cosa que no entiendo es la manía de la gente de andar clasificando a las demás personas. Yo pienso que lo hacen porque buscan seguridad en sus prejuicios y estereotipos. Juzgan a los demás sin darse la oportunidad de conocerlos, por su simple apariencia o primeras impresiones; o te encasillan de acuerdo a la música que escuchas, las series que te gustan, la ropa que usas, las películas que ves, tu corte de pelo, los locales que frecuentas, el lugar donde vives, si lees o no (y lo que lees), lo que haces en tu tiempo libre, etc.

Incluso no entiendo esa necesidad de insistir en que los diferentes estilos no se pueden mezclar. Por ejemplo, ¿hay algún problema en que escuche rock latino, electro pop, grunge, salsa, música cebolla, trip hop, brit pop, Inti Illimani, Pink Floyd y cualquier canción que escuche en la radio y simplemente me guste? Considerando que puedo disfrutar de todo lo anterior con las mismas ganas y devoción. ¿Cuál es la idea de pensar que si elegí una opción no puedo tomar las otras, disfrutar y apreciar todo en su diversidad? No creo que eso signifique problemas de identidad. Incluso encuentro medio adolescente esa frase "Ay, ¿cómo te puede gustar eso?"

Lo que desde chica me ha dado risa, es el tema de la ropa o del pelo.
Me explico:
1. Si andas con traje 2 piezas, eres secretaria o vendes seguros.
2. Si te pones ropa manchada o suelta, eres hippie.
3. Si usas lentes, eres intelectual.
4. Si andas con ropa deportiva, estudiaste Educación Física.
5. Si te pones ropa negra o de encaje, eres gótica.
Antes me pasaba que me gustaba usar ropa oscura y ajustada y "era punk" jajaja
6. Si te cortas el pelo con chasquilla, te vistes medio colorinche y te gustan los dibujos animados, eres pokemona ... no soy pokemona, ya? ¿Hasta cuándo?
¿Y si quiero jugar y "disfrazarme" todos los días, porque me dieron ganas no más?

Y pa terminar con mi descarga, reconozco que es una manía, pero no entiendo que personas que han estudiado 12 años en el colegio y 5 (mínimo) en la Universidad, escriban con faltas de ortografía. Menos si estudiaron carreras humanistas, donde se supone que leyeron toneladas de fotocopias de textos densos. ¿O es que acaso la gente no se fija en lo que lee? ¿O la culpa será del corrector ortográfico de Word que te hace la pega?

Asociado a lo anterior, también me carga esa gente que se queda estancada y no le interesa aprender nada más aparte de lo que ya saben. O se quedan enfrascadas en lo que estudiaron o no les atrae la idea de superarse, de pura flojera o porque se cierran a ciertas cosas ¿Por qué no expanden su horizonte? No sé si seré yo la mal enfocada, pero para mí la vida no vale la pena si no aprendes algo nuevo cada día o no vas superando diferentes obstáculos, por pequeños o enormes que sean.

jueves, 11 de octubre de 2007

Cosas que pasan a los 25

Desde que cumplí 25 me han pasado cosas nuevas, o raras como:

1. Me han dicho varias veces que ya no tengo "cara de niñita", de un día para otro ahora tengo cara de adulta. Incluso hay gente que me dejó de ver un tiempo y ya no me reconoce en la calle ... será para tanto? o estarán exagerando?

2. En una semana me dijeron 4 veces "señora": en el colectivo, afuera de mi casa, en un negocio y por teléfono.

Debido a los 2 hechos anteriores, creo que estoy padeciendo de alguna variación del Síndrome Peter Pan. No tengo todos los síntomas, pues soy una persona bastante segura de mí misma, con buena autoestima, alto sentido de la responsabilidad, cumplo mis compromisos y tengo relativo éxito en mi trabajo. Es decir, laboralmente no presento rasgos de infantilismo, pero reconozco que físicamente no quiero representar la edad que tengo. Últimamente he descubierto, y con mayor frecuencia, que me visto como adolescente, tomo como adolescente, carreteo como adolescente y hasta ando más relajada que antes en la pega. Al punto de andar tomando en brazos a las guaguas, perros, gatos y todo lo que me ofrezcan en las visitas domiciliarias, o andar persiguiéndome con cabros chicos ABC1 en las tiendas de ropa ... o será que tengo mi lado lúdico muy desarrollado?

Lo otro que me pasa es que cuando estaba en los primeros años de la U, pensaba y planificaba que apenas terminara mi carrera y trabajara, me iba a ir de la casa, me iba a casar y tener hijos
(hasta les había elegido nombres, toda una Charlotte York de Sex and the City). Ahora no me veo haciendo nada de eso, por lo menos en el futuro inmediato. Lo único que quiero es ahorrar plata y disfrutar el resto, con mi clásico estilo de vida de ricos y famosos. Por ahora no me interesa pagar cuentas, deudas, arriendos, ni preocuparme de lo que voy a comer mañana, ni menos de otras personas. Ya ni siquiera me molesta el "Manual de Carreño para señoritas" que inventa mi mamá cada día, con sus normas, reglas, horarios y demases.

Otras cosas que me han pasado son:

3. Desde que estoy trabajando me he acordado demasiado de aquella vez que el psicólogo de la institución donde hice mi primera práctica se despidió de mí con las siguientes palabras (chanta de su parte porque después nos seguimos viendo y escribiendo): "Mira Flancisca, te deseo mucha suerte en tu vida profesional, pero lo único que te pido es que no te conviertas en la Asistente Social clásica: fea, guatona, amargada, frígida y lunar con pelos". Me dejó tan traumada con la frase, que aún no la olvido (y eso que me lo dijo el 2004), así que lucho cada día por no transformarme en todo eso y ser cada día más flaca, regia, feliz, multiorgásmica y depilada, jajaja.

4. Hacerme amiga de mi jefe, al punto que me invite a un happy hour a un local cuico y caro, descubramos que tenemos puntos en común y me revele parte de sus "secretos" ... y eso que tiene hartos años más que yo, pero por alguna extraña razón le caigo bien.

5. Tener (por fin) una relación normal con cierta persona a quien me sometí de manera patológica o de quien fui dependiente por mucho tiempo. Incluso lo vi tan frágil, vulnerable, solo y con todas sus culpas encima, que hasta me dio un poco de lástima o preocupación.

6. Por fin he sentido el reconocimiento laboral y la recompensa a tanta rigurosidad, responsabilidad y compromiso que pongo en todo lo que hago. En un lugar se concretó en cierto dinero extra a mi remuneración, y en otro (mi pega freelance) que me siguieran llamando por que "tienen buenas referencias de mí" y que hasta le hayan informado de mi brillante desempeño a la persona que me recomendó.

7. Si antes me cargaba todo lo que no fuera 100% urbano, ahora sueño con una cabaña alejada de civilización, en Horcón o donde sea. Una especie de refugio para desconectarme de todo y de todos (sólo la compartiría con cierta persona demasiado especial) y ojalá que me permita contactarme con la naturaleza ... podría ser una comunidad ecológica o una eco-aldea? (pero no en Pirque).

8. Lo último raro que me ha pasado es que nunca me había gustado un "moreno oscuro" (por no decir negro), onda"shileno medio" ... pero debo reconocer que el motivo más fuerte y consistente que tengo para ver "El Club de la Comedia" es Sergio Freire. Mi sueño es que me baile como El General o me haga alguna performance como El Encuestador. Es el único hombre que me hacer reír a carcajadas durante la semana. Incluso podría escuchar sus monólogos durante horas sin aburrirme. Mientras más lo miro, más atractivo lo encuentro ... el gusto por los hombres también se irá cambiando con los años?

Por todo lo anterior ya dejé atrás la angustia y rebeldía que caracterizaban mis escritos anteriores a mi primer trabajo profesional. Reconozco que me he vuelto más "mamona" y menos crítica para escribir, pero es resultado de la tranquilidad y satisfacción emocional y económica que siento en este momento.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Los veinticinco

Revisando algunos blogs, me di cuenta que varias publicaciones aludían a "la crisis de los 25". Generalmente eran hombres que se empezaban a cuestionar todo el paso desde la Universidad a la vida laboral o adulta, con los costos y responsabilidades que eso implica.

Debo reconocer que estoy pasando por una etapa de evaluación y análisis de lo que estoy viviendo, aunque no tiene nada que ver con la edad, porque me pasa casi siempre en este mes de septiembre. En septiembres anteriores he terminado pololeos, he cambiado de carrera, he tomado otras decisiones importantes y perdí al hombre que amé y me amó desde antes de nacer ... mi papá. En fin, este mes suele ser bastante intenso emocionalmente.

Cultural y socialmente cumplir 25 es casi un rito de iniciación a la vida adulta. Generalmente coincide con que todos esperan que (parafraseando a Mark Renton en ese peliculón llamado "Trainspotting") "Elijas una vida, elijas un trabajo, elijas una carrera, elijas una familia, elijas un televisión grande de mierda, elijas lavadoras, autos, reproductores de CD y abrelatas eléctricos. Elijas una buena salud, bajo colesterol y el seguro dental, elijas los reembolsos con interés fijo de la hipoteca, elijas un hogar y a tus amigos" ... ¿Pero por qué yo querría hacer algo así?.

Algunas veces recuerdo los sueños e ideales que tenía hace 10 años atrás y los contrasto con las elecciones que he hecho hasta el momento, y que han determinado mi vida.

En primer lugar, cuando pensaba en mi "hombre ideal", quería que cumpliera con el siguiente perfil: Líder innato, mil por ciento seguro de sí mismo, capaz de llenar todos los espacios, activo social y políticamente, que me acompañara a todas partes y me mostrara el mundo, que me contuviera emocionalmente y me protegiera, que se destacara y sobresaliera en varios ámbitos, medio hiperventilado, sin miedo al ridículo, confrontacional si era necesario, con una enorme capacidad de trabajo y de ahorro, que no se quejara ni abatiera por los problemas (más bien creara estrategias para resolverlos), con carácter fuerte, con capacidad de reconocer sus emociones y expresarlas, además de decir todo lo que pensara sin temor a la opinión de los demás ... era casi Antonio Banderas en "Desperado" o cualquier otro súper hombre rudo de las películas.

Aunque en realidad mi prototipo de hombre de ideal estaba inspirado en mi papá (yo y mi eterno complejo de Electra no resuelto), que debo decir era bastante machista y celoso conmigo, al punto que me mandaba a cambiarme ropa antes de salir si andaba "mostrando mucho". Debe ser por eso que ando siempre probando límites y viendo hasta donde me aguantan, implícita o inconscientemente me gusta provocar y que me "rayen la cancha" de vez en cuando.

Cuando evalúo que pasó con esos sueños, descubro que llevo 9 años enamorada de un hombre que tiene muchas virtudes o cualidades, pero salvo un par de cosas, tiene nada que ver con el perfil. En realidad, a medida que pasó el tiempo, yo terminé convirtiéndome en parte de todo eso. Conversando respecto a este tema con la persona que elegí para compartir mi vida, me decía que yo no podría estar con alguien así, porque me opacaría y yo terminaría estando a la sombra de él. Lo que no resultaría por mucho tiempo porque me encanta ser el centro de la atención, florerito o el alma de la fiesta. Me frustro si no me destaco en el contexto en que me encuentro, sea pega, carrete, estudios, etc.

A su favor, debo decir que con los años he aprendido a aceptar que somos más bien complementarios, ya que él es mucho más paciente que yo, no se urge con las tareas domésticas, es preocupado de los detalles, con mejor sentido de la estética, y en general no me cohíbe ni cuestiona mis locuras o decisiones apresuradas. Más bien me apoya y acompaña cada vez que puede y se siente orgulloso de mis logros ... estaría bueno para "Primer Damo", jajaja. A veces siento que (a propósito de la nueva teleserie del 13) yo soy Lalo y él es Lola. Si supiera cocinar algo más que fideos o fuera al gimnasio sería todo un metrosexual.

A propósito de lo socialmente esperado, ya que él tiene 30 y yo 25, ambos estamos trabajando y llevamos tanto tiempo pololeando, nos han preguntado cuando nos vamos a casar. Yo siempre tengo una excusa: antes era porque estaba estudiando, después porque no tenía trabajo (no me interesa ser mantenida) y ahora es porque no tengo trabajo estable.

La verdad es que he evolucionado desde el "nunca me voy a casar" a "podría ser, pero todavía no", pasando por el "no sería tan mala la idea". Si de algo estoy segura es que no me imagino en la vida con otra persona que no sea él (he conocido varias entre nuestros "quiebres" o "tiempos de descanso", incluso tuve un pololeo largo de 3 años con otra persona, así que hablo con conocimiento del tema) y que lo amo con todas sus virtudes, mañas y defectos. Es la mezcla entre mi mejor amigo, mi cómplice, mi compañero de carretes y mi mayor removedor de hormonas. Además hemos crecido y aprendido muchas cosas juntos, ha sido una relación que nos ha costado construir y hay un montón de sentimientos fuertes involucrados.

Él ya está decidido a dar el siguiente paso, incluso confirmándolo ante sus amigos. El miedo va más por mi parte. Me pasa que sé que tengo varias cualidades, soy jugada en las relaciones, aperrada y todo eso, pero no sé si alguien (además de mi mamá y mi gata) me soportaría tooodooos los días, con mis cambios de ánimo, mis inestabilidades emocionales que van desde el llanto o hipersensibilidad venezolana hasta esporádicos ataques de ira a lo Tony Soprano, intercalado por períodos de hiperventilación a lo Nachito Larraín o bajón a lo Radiohead.

Para que hablar de mis hormonas, que me juegan malas pasadas. Como dice Babasónicos "algunas noches soy fácil, no acato límites" y puedo ser una verdadera yegua. Con esto de tener el olfato tan sensible más de una vez he conocido minos feromónicamente compatibles, de esas atracciones físicas inevitables, y para peor con tipos que les encanta andar tentando. Puede que yo no haga nada, y trate de aplicar autocontrol a full (lo que sucede en el 99% de los casos, afortunadamente), pero igual me mueven el piso. Y si me caso, cómo le voy a decir a mi marido: "Amor, si yo te sigo amando, nunca lo he dejado de hacer, pero me atrae "XYZ" sólo porque mi cuerpo reacciona físico-biológica y químicamente con él, somos absolutamente compatibles y no lo puedo evitar" jajajaj. ¿Me podré extipar los receptores de las feromonas o programarlas para que sean monógamas o fieles con una sola persona hasta que me muera? No quiero terminar llamando al Rumpy o inspirando historias de la serie "Infieles". Por eso sé que jamás podría haber pololeado con un marino o alguien que pase muchos meses fuera.

Un profe en la U dijo que la monogamia era un invento cultural, casi un atentado contra la naturaleza humana. Un amigo me dijo que lo normal debería ser la poligamia ... pero estamos en Chile y la cultura es monogámica, así que tendré que seguir trabajando en eso y canalizar mis energías hormonales hacia algo más productivo. Por lo menos mis sentimientos son fieles y de una sola persona, que es lo bonito y lo importante, ¿no?

Respecto a "elige una carrera, elige un trabajo", me acuerdo que hace 10 años atrás (los 15 también es una edad significativa) no tenía idea lo que quería estudiar, sólo sabía que tenía que ser algo humanista, que me permitiera conocer mucha gente y lugares diferentes. Salí del colegio y continuaba sin decidirme. Con notable puntaje en la PAA (ya no existe , lo que hace que me sienta vieja, jajaja) me aventuré con Periodismo ... no duré ni un año, lo que yo quería era escribir y caché que terminaría haciendo cualquier cosa o escribiendo lo que determinara mi editor (generalmente temas que no me gustaran o no me interesaran) o produciendo programas mulas y fomes como "Me Late" del Vía X (gran descubrimiento ... que pava!!!).

Entremedio me bajó la inquietud social, sentí que quería hacer algo que permitiera entregar mis talentos a otros, personas que necesitaran o estuvieran carenciadas, o no hubieran tenido las mismas oportunidades que yo en la vida. Orientada por un ex pololo (y no por un/a orientador/a vocacional, que hubiera sido lo correcto) me cambié a Trabajo Social, sin saber muy bien de que se trataba. Elegí desde las emociones, no desde lo racional y en el proceso hice grandes amigos y me empezaron a interesar las Ciencias Sociales, empecé a hacer ayudantías, me gustó el ambiente y todo eso, así que me quedé y me titulé (para tranquilidad de mi mamá que ya veía que iba camino a ser como Arturito Longhton, estudiando mil carreras y terminando ninguna).

La verdad es que ni yo asumo muy bien mi profesión, en el sentido de que no ando pensando todo el día en ella ni miro la realidad desde ese paradigma. Se supone que los Asistentes o Trabajadores Sociales son bastante estructural - funcionalistas y andan por la vida diciéndole a la gente lo que tiene que hacer. A mí me pasa que si la otra persona es feliz con su estilo de vida, siento que no me tengo que meter, además de ser demasiado relativa moralmente, para mí nada está mal ni es incorrecto ni disfuncional, jajaja. Lo que me gusta es tener contacto con otras personas y establecer relaciones profesionales de confianza, si puedo ayudar a otros con sólo escucharlos, me siento realizada. Más aún cuando te agradecen o retribuyen la pega de una u otra manera.

Además, hay gente que me conoce desde re chica y piensa que estudié otra cosa, como Educación General Básica o Educación de Párvulos (porque me gustan demasiado los cabros chicos, pero en realidad es porque soy como ellos), Construcción Civil (no tengo idea por qué, pero a mi dentista se le metió eso en la cabeza) o Ingeniería Comercial (yo poh, la más negociante, jajaja).

Eso de "elije un trabajo" no es tan cierto, porque las pegas me eligieron a mí. De ambos lados me llamaron a la casa (literalmente) para ofrecérmelas, sin haber tirado currículum, sin entrevistas ni nada. En Agosto hice algo nada que ver con mi profesión (pero con buena paga, las entrevistas en profundidad la llevan) y este mes empecé con trabajo "de veritas" en lo mío. Lo fome es que mi cuerpo se rebeló y a la primera salida a terreno terminé colapsada y con bronquitis, y en la segunda salida me picó una pulga gigante que me enronchó todo el brazo (no fue muy glamoroso).

Ahora ya me adapté y hasta disfruto andar conociendo Placilla y Playa Ancha, aunque no me deja de impactar la enorme brecha socioeconómica y cultural de este país. Incluso a 5 minutos de mi casa hay personas que aún viven en condiciones indignas, sin agua potable, aislados de todo, en pasajes de tierra y quebradas, con casas que se caen a pedazos y se llueven enteras, comiendo pésimo, hacinados y enfermos, sin acceso a una educación y salud decentes, enormemente deteriorados y con bajas expectativas de vida.

Al principio me afectaba bastante en términos emocionales y psicológicos, ni en mis prácticas había estado tan cerca de manifestaciones tan crudas de la pobreza, ya que es primera vez que trabajo con familias del Programa Puente. En realidad conocí una en mi primera práctica, pero es distinto andar visitando como 7 por día y enterarte de cada historia.

Ahora lo veo desde una perspectiva positiva, y me ha servido para agradecer cada día por todo lo que tengo, en condiciones de vida privilegiadas, con acceso a miles de cosas, la posibilidad de hacer y obtener todo lo que quiero y en un entorno emocional, psicológica y socialmente casi ideal.


lunes, 17 de septiembre de 2007

Aventuras de una porteña en “la capitale” (3ª parte)

(Cartel descubierto en la calle principal de Horcón. Muestra de la creatividad del "shileno choreao con que se estacionen frente a su casa")

Después de este hallazgo gráfico de este fin de semana, terminaré mi trilogía de recuerdos capitalinos, pasados a talla interna con mi "guía turístico y colaborador bloggero".

A mi parecer, lo mejor de una experiencia es obtener algún tipo de
Aprendizajes, y de acuerdo a mi criterio, en este caso fueron los siguientes:

1. Descubrí que no tengo tan mal sentido de la orientación como suponía antes de mi aventura llamada “Cesante ilustrada trepa por Santiago”. Nunca me perdí ni al salir del Metro ni en las calles. Y ya me sé la ubicación de las comunas, el sentido de las avenidas principales, las combinaciones de Metro y las distintas áreas y colores de los buses. Estoy pensando en buscar pega de guía turística de “la capitale”.

2. Aprendí que los gays son re buena onda y gentiles si eres una mina glamorosa, como yo (tooo el rato). Gracias a ellos pude sobrevivir en la Blondie y pasar entre el tumulto existente en el largo camino desde el baño o la barra a la pista de baile. Además de ayudarme a bajar y subirme donde fuese necesario pa ver el show.

3. Que los cuicos no son tan mala onda, si llegas a un local lleno de “pura gente bien y pelolais” nadie se empuja. Y si te cuelas hasta el lado del escenario, nadie reclama y hasta te aplauden con cortesía si se te ocurre lucirte un rato.

4. Que entre 2 Virgos juntos sólo resultan puras incoherencias, risas en cantidades industriales y conversaciones inclinadas a la compulsividad comunicacional. Andamos puro revolucionando y perturbando la tranquilidad ajena, jajaja. Pura candela no más ...

5. Que la comida en Santiago no es tan cara. Es cosa de buscar, y en pleno centro hay almuerzos a luca o luca y media, bastante decentes y ricos.

6. Que por más que lo intenté, jamás pude llegar a la hora a Quilicura. No me resultó ni la combinación metro – bus, ni metro – colectivo. Siempre las filas eran kilométricas. Y eso que cada vez que iba me recomendaban una ruta alternativa, jajaja.

7. Que sale más barato comprar 3 pizzas napolitanas, un ron y una bebida cola en el supermercado que dos pizzas familiares de Telepizza ($10.000). Es increíble como esto de la independencia te vuelve tan eficiente para ahorrar, lo que se traduce en más carretes rentables por semana.

8. Que el Centro Cultural de La Moneda no se caracteriza por “abrir la cultura o aportar en el mayor acceso a ella”. La primera vez que intenté conocerlo estaban las puertas cerradas (aún desconozco el motivo) y la segunda vez con suerte conocí los baños y los pasillos, porque había que pagar para todo. En esos días había una muestra de la cultura croata ($600 la entrada) y sólo había 3 personas sentadas afuera mirando un televisor que mostraba las declaraciones de Tonka Tomicic respecto al tema.

9. Que la gente ABC1 también protesta (no como en Valpo) por el centro. Un día, a la hora de almuerzo, nos encontramos con unos alumnos de un colegio de una comunidad ecológica, defendiendo al río “no sé cuanto”, con lienzos y gritos. Eran puros y puras “pelolais”, pero con pinta de hippies o rastas. Mi pololo me explicaba que ahora salió un nuevo grupo: los abajistas, que son cuicos con conciencia social y que reniegan de su condición porque hay temas que les parecen injustos. Lo divertido es que me lo explicó minutos antes de toparnos con la manifestación.

10. Que la amabilidad de los trabajadores de las pizzerías tiene cierto límite. Uno de ellos, de un local del centro, buscó y llamó varias veces a una persona, que jamás reclamó sus pizzas. Y su reacción espontánea fue poner cara de “odio esta pega y a todos los que comen acá”, acompañado de un “puta la wea” ... fue como “a la shushesuma ...” y ya no le importó que lo escucharan.

11. Que lo mejor de los días de protesta es andar en Metro en la tarde - noche, porque los carros van absolutamente desocupados y más limpios. Lo peor es vivir a una cuadra de la Alameda y tener que pasar por ahí obligadamente, respirando los vestigios de las bombas lacrimógenas.

12. Como aprendizaje personal, descubrí y potencié mi capacidad de revertir situaciones a mi favor, mi capacidad para que otros confíen en mí sin conocerme, mis dotes de entrevistadora (¿por qué no terminé periodismo?) y mi capacidad pa entretener a las personas. Al principio no me querían atender o estaban “muy ocupados o apurados” ... después no querían que me fuera. Estoy pensando en postular al Club de la Comedia o algo así, después de mis monólogos post entrevistas.


lunes, 10 de septiembre de 2007

Aventuras de una porteña en “la capitale” (2ª parte)

En primer lugar, 2 cosas:

1. Agradecimientos miles a mi "colaborador anónimo", compañero de aventuras santiaguinas y mucho más; por las vivencias, datos y recuerdos aportados. Ya encontraré alguna manera de retribuirle ... quizás este fin de semana en Horcón, jajaja. Pal que le interese, el próximo domingo 16 esta "humilde servidora del blog" cumplirá 25 años.

2. Aunque sigo siendo ilustrada, ya no soy completamente "cesante". Desde el viernes pasado estoy inserta en una consultora, trabajando en un proyecto por 7 meses. Pa variar es pura pega de terreno. Ahora estoy conociendo Placilla Oriente, en condiciones un poco extremas (jornadas de 8 horas seguidas, con visitas domiciliarias entre quebradas y calles de tierra, almorzando como a las 7 de la tarde y todo eso). Pero estoy feliz, sobre todo con mi dupla (una ing. agrónoma) y el equipo de la consultora. El trabajo es media jornada, así que soy "media cesante" o "media trabajadora", dependiendo del
negativismo u optimismo con que se mire la situación.

Después de este paréntesis, continuaré con mi relato.

Para Ud. que
se enfrenta por primera vez a la situación de estar trabajando en otra región, especialmente en Santiago, nunca están de más algunos datos útiles, que a más de alguien le pueden servir para que no "pague el noviciado" como esta ex pobre niña ingenua e inocente, no cometa los mismos errores, y si los comete no diga que no se lo advertí antes:

Usted no lo haga en Santiago:

1. Comprar cerveza producida especialmente para un local, de esas con marca propia. Desista de ser innovador y cómprese la misma chela o el mismo copete que se tomaría en cualquier parte. No quiero funar al local, pero la chela era tan asquerosa e intomable, (y eso que estábamos bien curados con mi partner) que parecía remedio, jajaja ... y lo peor es que costaba luca la botella chica!!! Sólo les diré que “es hecha en una destilería del Valle del Maipo y existe en dos versiones: Amber Ale (dark) con 5.2 grados de alcohol, y Pale Ale (wave) de 5.0 grados”

2. Encargar churrasco italiano u otro tipo de sándwich a domicilio, para tomar once, y esperar 1 hora y media que llegue el tipo en moto a dejárselo. Lo peor es que nunca llegó ... Y eso que llamamos para preguntar por la demora y nos dicen (como a la hora después de hecho el pedido) “que iban en camino”. Y cuando desistimos, volvimos a llamar y nos responden “no, si el repartidor fue, pero no había nadie en la dirección” ... ese día estábamos 6 personas en el depto!!! Eso es nadie??? Tampoco quiero dar nombres, pero el local es de Recoleta y tiene unas ofertas 2 X 1.

3. Si va a un “sucucho” de Plaza Baquedano a rematar el carrete, con su nunca bien ponderado pero necesario “shop chico”, y aparece un tipo con guitarra pidiendo autorización de los presentes para cantar (con manager incluido), jamás acepte y exija que dejen la radio encendida. El “artista” resultó ser un cantautor chanta que sólo interpretaba sus canciones que nadie conocía, y si le pedías algo no te pescaba o te decía algo así como “gracias mijito, te llamamos”, pa seguir tocando sus historias incomprendidas.

4. Si lo invitan a un evento gratuito, como Silvestre (grupo del ex baterista de Pettinellis) en el Parque Arauco, por el Sanfic 3: asegúrese que los pasteles que usted acompaña tengan las invitaciones que se requieren, o que por lo menos están bien informados. De lo contrario andará un día festivo - post carrete tóxico - dándose vueltas por un centro comercial, con frío, hambre, caña, sueño y con la llovizna cayendo por su cara, buscando un evento al que jamás podrá entrar, por no saber que pedían invitación.

5. Si lo invitan a un depto. a degustar unas ricas pizzas y combinados de ron, y en el calor de la conversación le da por hablar de música: no se le ocurra (por nada del mundo) transmitir hasta el cansancio de temas, discos, biografía, videos, tocatas, anécdotas y demases de Los Tres con puros fanáticos incondicionales, estando presente una mina que los odia. Se arriesga a ser testigo de una transformación por parte de la fémina, puede empezar con salir al balcón “a fumarse un cigarro”, bostezar, demostrar aburrimiento y terminar ofendiendo agresivamente a cada uno. Y yo que pensé que los temas polémicos o de mal gusto eran política y fútbol ...

6. Si los “primos políticos” con los que compartió tantos días lo invitan a carretear a un local antes de su regreso, no se le ocurra:

- Pedir completos en el local porque quedó picado con el churrasco que nunca llevó el dichoso repartidor a domicilio. Los que pedimos tenían de esa palta falsa o “sucedáneo de palta”, ese que viene en bolsa y tiene gusto a zapallo. Según los presentes, efectivamente lo hacen de zapallo ... pero ¿y el color?.

- Tomar hartos vasos de Brahma Porter, poner temas en el wurlitzer chanta, hacer cosas que después no recuerda y, para colmo, terminar comprando 2 latas de Escudo a $700 cada una en una pizzería de la Alameda, para después con suerte tomarse una. Eso fue demasiado piturriento, pocilgoso y angustiado de chela.

Pronto (para cerrar esta trilogía)... "Aprendizajes"



miércoles, 5 de septiembre de 2007

Aventuras de una porteña en “la capitale”, en plena época del Transantiago.

Prometí que apenas pudiera retomaría mi blog, y aquí estoy cumpliendo. Si escribiera un relato cronológico de mis historias capitalinas, terminaría nunca, porque fue un mes demasiado intenso y la capacidad de síntesis no es mi fuerte.

Así que pensé en dividir mis experiencias en 3 aspectos y enumerar lo más destacable. El primero es referido a Cosas que hice por primera vez y jamás pensé que haría ...

No lo hago ni por “quebrarme” (como pensó una amiga) ni por lucirme. Es sólo por dejar un registro de este mes, ya que la memoria es frágil. Y yo creo que más de alguien se va a identificar con esto de irse solo por primera vez a otra ciudad, a trabajar en lo primero que le ofrecieron.

1. Cuando me ofrecieron hacer unas entrevistas en profundidad en colegios de la IV Región, en ciudades que ni conozco, con traslado, alojamiento y alimentación que debían ser totalmente gestionadas por mí, no la pensé dos veces y acepté. Y lo más lejos que había llegado sola antes era a Santiago, y me iban a buscar al Metro ... Ni se me ocurrió que quizás ya en el terminal ni sabría pa donde ir ni como iba a ubicar las direcciones de los colegios designados, menos donde iba a dormir ... iba a puro “aperrar” no más.

2. Al final me quedé trabajando en Santiago, y nuevamente, puro aperrando, llegué a comunas que no ubicaba ni por jugar a La Gran Capital, como Conchalí, Quilicura, San Bernardo, San Ramón y La Florida (y que jamás pensé que andaría metida allá). Todo gracias a Mapcity, el mapa con las estaciones de Metro y todas las personas que, amablemente, me indicaron formas de llegar a cada lugar, paraderos, combinaciones, calles, colegios y un largo etcétera. Notable la gente que me iba a dejar a las puertas de los colegios “para que no me perdiera” ... todo porque les contaba que era de Valparaíso y andaba con la tremenda mochila. De algo que me sirva ser actriz frustrada ... aludiendo a la empatía del público y la “solidaridad del shileno medio”.

3. Soportar y sobrevivir con honores (casi con distinción máxima) el Transantiasco, incluso en horarios punta, con filas enormes de gente esperando con cara de resignación que pasara la micro y que se detuviera (pa que decir esperar irse sentados, porque eso es milagro), con un suicidio en la Estación Los Héroes, dejando pasar 5 trenes antes de poder tomar algo que tuviera 30 centímetros de piso disponible (o por lo menos que alcanzara a pararme con mis zapatos Nº 38), en vagones carentes de oxígeno y a mil grados Celsius ... pensar que antes me desmayaba de puro ver aglomeraciones de gente.

4. Compartir un departamento con 6 hombres. Claro que la cosa no era “full convivencia”, sólo los ves un rato en la noche o en la mañana, ya que todos trabajan. Además 2 están sólo de lunes a miércoles (se nota harto cuando están, por los carretes y las risas infinitas), uno ni se ve (yo ya pensaba que su existencia era otro mito o leyenda chilena, tipo El Caleuche, La Pincoya o algo así) y otro a veces llega con ganas de conversar, o no pesca a nadie y se encierra en su pieza. Sólo compartí más con 2: uno que está todos los días, incluso fines de semana (es igual de bueno para conversar y hablar incoherencias que yo, por lo que hubo química al 2º día) y la otra persona es demasiado especial para mí. Con él compartí pieza, cama, almuerzos, onces, carretes, cariños, besos, conversaciones, risas, complicidad, apoyo, compañía y un largo etcétera.

5. Convertirme en una verdadera geisha, del tipo “sí mi amor, te espero con el agua hervida pa tomar once y te caliento la comida”. Además de hacerle la cama, el aseo en la pieza y las compras en el supermercado ... lo más divertido es que me gustó el rol, yo que era la mina más independiente y feminista ... ahí me quedó el discurso!!! Llegué al extremo de gastar 2 pasajes de Metro diarios sólo para almorzar con él. Estoy como pa comercial de productos de limpieza o franja comercial onda “sí a la familia, sí a la vida, soy tan feliz con mi marido y mis hijos”. Pero la geisha sólo era desde las 21:30 hrs. a las 09:30 A.M. El resto del tiempo seguía siendo la misma yegua hiperventilada, así que aún no me pierden!!!

6. Reconciliarme con Santiago. Odié esa ciudad casi toda mi vida, y ahora lo pasé demasiado bien en ella y hasta dejé lazos afectivos allá. Pero no cambio el aire puro, las micros desocupadas, las calles enanas, las cercanías entre un lugar y otro, la comida barata y el mar de Valpo. Hasta terminé llorando toda una mañana porque no me quería venir ... tan venezolana yo para mis cosas, conchalevale Licenciado!!!

7. Ver los 2 últimos capítulos de “The Sopranos” sin jamás haber visto la serie antes. Lo mismo me pasó con el final de “Alguien te mira” ... todo por andar de visita. No me podía tapar los ojos.

8. Ir a la Blondie a celebrar el cumpleaños de Madonna, reclamar toda la tarde por los precios del copete, y una vez en el evento, gastarse 10 lucas (además de la plata de la entrada) en puro copete. Notable la animación de Arianda y el look de “Heather” (es mi ídola, definitivamente), el desfile con los trajes de cada uno de los videos (hechos por Ricardo Oyarzún) y las coreografías de los travestis. La “mina” de blanco en patines la lleva!!! Si soy yegua al natural, ese día me contagié y me potencié mil veces más. También hay que destacar la pista de Brit Pop con su mini especial de Blur. Se me caía la baba con Damon Albarn.

9. Reírme hasta la inconciencia con tallas tan ñoñas como:

- Los Tres cantados al estilo Illapu, con una botella de ron como charango

- Cierto personaje que vive en Diagonal Paraguay (gracias por todo el aguante!!!) bailando y cantando como Elvis (como un homenaje por el aniversario de su muerte)

- Una adaptación libre del tema “Restorán” de Los Tres, titulada “Restobar” y que decía más o menos así: “Restobar, papitas y tragos. Restobar, copetes caros. Restobar, música fome. Restobar, sillones shentemen” ... Son harto jugosos los periodistas de medios escritos!!!

- Ciertos personajes contaban que llamaron a un restorán de comida china con reparto a domicilio, a ciertas horas no muy adecuadas y en cierto estado (re tarde y curados), y le preguntan al chino si podían encargar algo, a lo que les respondía “ta celao, ta celao”. Y ellos insistían “pero se puede ir para allá a comer algo?”, “sí, pero ahora ta celao” ... y webearon toda la noche al pobre chino, le pasó por “won” por contestarles poh!!!

- Es que nadie puede preguntar: “Te molesta que coma mientras fumai?” ... Pucha, ya los extraño, “mis primos políticos”. Adóptenme o contrátenme de nana por último, jajaja.

10. Bailar cueca porteña en el Liguria de Manuel Montt, a un centímetro de Titae Lindl, Ángel Parra, Álvaro Henríquez y los viejos ídolos del Cinzano. Y fuimos la única pareja que se atrevió. Fue en el lanzamiento del disco y DVD “Otra noche en el Cinzano”, que tenía puro público ABC1, como el Rumpy y Francisco Pérez Bannen ... y nosotros que fuimos a puro mirar y nos fuimos a tomar a otro lado después ... mussshhhoooo derrosshhhe el Liguria.

11. Andar “de turista” por el Centro Cultural La Moneda y la galería Eurocentro, y pasar por el lado de Felipe Harboe (Subsecretario del Interior).

12. Dormir tantas noches (antes de casarme, jajaja) con alguien que no era mi mamá ni mi gata.

13. Esperar 1 hora en el metro de la U. de Chile (Grande Bulla!!!) a cierto amigo pa ver el partido de Audax con Colo Colo. Sólo por tomarme unas chelas y conversar con él. Lo peor es que me regaló un alfajor y le perdoné el atraso altiro, jajaja.

14. Andar en un mall cuico un día festivo (en vez de descansar) y encontrarnos con Álvaro López (el mino de los Bunkers) y Millaray Viera, vitrineando en una tienda. Y nadie los pescaba!!! Éramos los únicos pegados mirándolos ... ahí se nos notó lo marginales y poco acostumbrados al glamour farandulero.

15. Transcribir 5 entrevistas (de 25 a 40 minutos de duración app.) de corrido y acostarme recién a las 9 de la mañana ... todo por que la linda estuvo casi 2 días más de los que correspondía en Santiago. Pero no me arrepiento, valió la pena el sacrificio y cada hora extra que me quedé es impagable e incomparable.

16. Enamorarme hasta las patas de alguien, incluso de sus defectos, mañas, frases y tallas repetidas. Ahora sé que no me quiero separar más de él ... ¿no ven que ya voy a cumplir 25, edad suficiente para tomar este tipo de decisiones? Creo que hubo un antes y un después de Stgo en esta relación ... “me asusta, pero me gusta”.

viernes, 17 de agosto de 2007

Información para Claudio G. y los demás lectores de este blog

Sé que extrañan mis reflexiones inútiles y mis historias retro e introspectivas, pero por ahora no podré deleitarlos con ellas.

Por lo menos el motivo es destacado y positivo para mi situación laboral (y sobre todo económica), ya que estoy haciendo unas entrevistas en profundidad para un estudio cualitativo en una consultora. De lunes a viernes he estado en Santiago (sin computador) y los fines de semana me dedico sólo a transcribir y "a tener vida propia" (aunque estuvo demasiado bueno el miércoles 15 festivo).

Se supone que estas labores deben ser desempeñadas durante este mes, y sólo les puedo decir que estoy juntando bastante "material vivencial" para relatarlos aquí, ya que gracias a este "pituto" he conocido comunas tan diversas y distantes como San Ramón, Conchalí y Quilicura, estoy toda una "chica Tarjeta Bip!/ usuaria frecuente del Transantiago" y además he estado en lugares tan emblemáticos como la galería Eurocentro, el Centro Cultural La Moneda y la Blondie (celebrando el cumpleaños de Madonna) ... si no todo puede ser trabajar, y además tengo un excelente guía turístico.

Así que paciencia y espérenme ... un abrazo a tod@s.