domingo, 21 de octubre de 2007

Locuras por amor

Si hay algo que tengo claro en la vida, es que jamás iría a uno de esos programas mamones como "Pasiones" u otros, donde las personas van a exponer (para Chile y el mundo) sus romances, engaños, historias turbias y ranciedades varias.

Si me mando una cagá nunca iría a la televisión a mostrar mis "locuras por amor" para que me perdonen. Como si no bastara con que tu pareja se enteró que te metiste con otro/a, ¿más encima tienes que publicarlo para todo el que vea el programa? (más los que sepan por comentarios). ¿Eso no será "autofunarse" bastante, digo yo?

Si alguien pasaría o pasó por esta experiencia, cree que es necesaria o ve el programa y se conmueve con las historias, le diré que respeto su opinión y sus gustos, aunque no los comparto. Prefiero reírme con las rarezas piturrientas y pocilgosas del Diario de Eva, programa que tampoco veo, pero me hizo reír por lo menos el otro día que estaba Sergito Freire de jurado en un "concurso de talentos" (Gracias Coté por avisarme).

Aunque parezca insensible con mis palabras, yo también he estado enamorada (y creo que lo estoy ahora) y he hecho algunas cosas que jamás pensé que haría, simplemente "por amor" o enamoramiento. Esos momentos en que tus hormonas, emociones y reacciones fisiológicas superan a tu racionalidad.

Quizás he hecho más cosas de las que recuerdo, quizás mi inconsciente bloqueó algunas imágenes por salud mental, pero si tuviera que hacer un recuento rápido, puedo evocar 2 hechos concretos:

1. Corría el año 2004, en ese tiempo yo pololeaba con un compañero de curso que era el delegado de deportes de la carrera. Obviamente yo lo acompañaba pa todas partes, como los campeonatos de fútbol, vóleibol, básquetbol y todo eso. Un día, había un partido de baby fútbol femenino. Hasta ahí todo bien, pero llegamos al gimnasio y faltaba una integrante pa conformar el equipo, de lo contrario la carrera perdía el partido por no presentarse.

A él no se le ocurrió nada mejor que pedirme (más bien suplicarme) que jugara, aduciendo una serie de argumentos como el honor, el compromiso, el poner la cara por la Escuela, aperrar por él y otras cosas más. Alguien podrá decir (especialmente los hombres) que jugar baby fútbol no tiene ninguna complicación. Pero debo explicar que yo jamás he practicado algún deporte, además de "rayuela corta" y "lucha libre en el ring de 4 perillas". Con suerte he hecho aeróbica y baile entretenido en cierta etapa de mi vida, sólo por recomendación médica (para fortalecer los huesos, según el traumatólogo) y por autocuidado físico y psicológico (terapia entiestrés porque liberas endorfinas), pero pa los deportes con balón soy más que negada, por mi descoordinación motora crónica y todo eso. Hasta estuve eximida de Educación Física en 3º y 4º Medio.

Y al lindo no se le ocurre nada mejor que ponerme en la defensa (además de delegado era el D.T). Yo rezaba (algo que casi nunca hago) para que llegara otra mina de la carrera y me librara del suplicio, pero pasaban los minutos y no me quedó otra que inscribirme como parte del equipo y jugar (o intentarlo). Estaba tan nerviosa que ni siquiera recuerdo contra que carrera jugamos. El pobre árbitro debe haber estado chato porque me tenía que explicar como tirar los corner, los tiros libres y hasta los pases (yo cacho que pensó que yo había llegado a la U por "admisión especial" o por algún "proyecto de integración" ... ¿cómo tan weona la mina?). Porque debo reconocer que es muy distinto ver los partidos de la U (grande el Bulla!!!) o de los Mundiales, que estar ahí en la cancha. Por lo menos ganamos, pero jamás he vuelto a pisar un gimnasio y/o cancha de fútbol y menos volví a pololear con un delegado de deportes ni un deportista.

2. La otra locura por amor se remonta a estos 2 últimos años. He llegado al punto de viajar 2 horas de ida y 2 horas de vuelta sólo para estar 2 horas en Santiago, "comiendo" ... y almorzando también, con mi actual pololo. Todo porque él trabaja allá y una semana me aburrí de verlo sólo los sábados.

Esa vez tuve que hacer el tremendo operativo de coordinación, porque a mi mamá poco le falta para hacerme un seguimiento con GPS para saber donde estoy. Así que conté con la complicidad de mi compañero de tesis pa desaparecer de mi casa desde las 12:00 hasta las 19:00 hrs.

Si eso ya es como mucho, varias veces hice la gracia de viajar en la noche a Santiago y volverme a la mañana siguiente, aprovechando que mi mamá andaba en el Sur visitando a mi abuela. Llegaba como a las 21 hrs. allá, salíamos con mi pololo a recorrer locales varios de Bellavista y otros sectores céntricos (conocí el Liguria y la Fuente Alemana, entre otros), dormíamos escasas horas y me venía, cagada de sueño, con caña y con menos plata, pero feliz.

El año pasado no era tanto sacrificio porque pagaba pasaje estudiante, pero este año estuve 7 meses sin pega y con cada vez menos "dinerrro". Lo peor eran los rollos culposos que pasaban por mi cabeza. Mi pobre madre juraba de guata que yo estaba cuidando el departamento, acostándome temprano y durmiendo con la gata. Afortunadamente nunca fui testigo o protagonista de un accidente u otro hecho noticioso durante el viaje o la jornada de carrete, porque ahí si que me hubiera funado. Tampoco pasó nada en este pobre depto abandonado, y menos mal que la gata no habla, porque me habría denunciado por negligencia, o de puro sapa o envidiosa no más.

Definitivamente he hecho esto y lo haría sólo él. Debo reconocer que esas escapadas han valido la pena absolutamente, porque me permitieron conocer su mundo capitalino antes de mi estadía legal durante agosto.

Aunque yo creo que la mayor locura por amor es estar a punto de cumplir 2 años de pololeo con él, después de tantos años interrumpidos, con términos, reconciliaciones y períodos de prueba. La primera vez sólo faltaban 4 días pa cumplir 2 años y a mí no se me ocurrió nada mejor que terminar la relación. Hasta ahora no tengo motivos (y espero que él tampoco) pa dejar todo hasta acá. Nos costó años de madurez y caídas varias, con sus respectivos aprendizajes, así que no desperdiciaría esta relación por nada del mundo.

Más ahora que me ha dado un nuevo motivo para admirarlo y amarlo aún más. Se supone que uno siempre busca lo que le falta en su pareja, y yo tengo cero capacidad de reacción en momentos inesperados y complicados (en buen shileno, no sirvo "pa sacarme los pillos") lo que a él, definitivamente, le sobra.

Para explicar lo anterior, es necesario que cuente que ayer fui a su casa (la de sus papás en realidad) porque íbamos a estar solos. Obviamente nos juntamos a hacer lo que haría cualquier pareja de pololos que no se ve durante toda la semana y aún mantiene la atracción física, o más bien ha aumentado su nivel de candela, lascivia y lujuria con los años. Resulta que después de "dar rienda suelta a nuestros bajos instintos", nos pusimos a tomar helado y a conversar, así de lo más relajados, respecto a nuestro aniversario y los hechos notables de estos 2 años de relación.

Estábamos re bien, rememorando y evocando nuestras efemérides, metidos en la cama "como Dios nos echó al mundo", "en pelotas" o "en bolas" (en el caso de él) o "en gomas" (en mi caso), cuando sentimos abrir la puerta del depto. ... habían llegado sus papás y a nosotros se nos había pasado la hora y olvidado que llegarían temprano.

Gran culpa de eso la tienen las idas a los moteles, porque ahí te avisan que te tienes que ir, o en el peor de los casos, programas la alarma del celular. Pero en su casa nadie nos avisó que nos teníamos que vestir, nadie nos dijo que podíamos conversar, pero vestidos, porque uno no anda por la vida sin ropa, menos adentro de una cama y sin casarse.

Cuando sentí el ruido de abertura de puerta y las voces de sus papás no atiné a nada, sólo exclamé "conchetumadre...", con cara de estupor, y me tapé con la sábana (como si no fueran a cachar que estábamos en plena conversa post sexo). Pero él (más avispado que nunca) atinó a cerrar rápidamente la puerta, vestirse en un micro segundo y ordenarme que hiciera lo mismo (si no me lo dice aún estaría en "estado de shop", con parálisis corporal).

Su mamá intentó abrir la puerta y él le dijo que estaba ocupado. A los minutos aparecimos ambos, con cara de normalidad y ahí quedó el tema. ¿Habrán cachado algo? No tengo idea y poco me importa en todo caso ... tendrían que ser muy ingenuos pa pensar que en 9 años de conocernos jamás ha pasado nada, incluso hemos dormido juntos cuando me quedó allá y saben que dormíamos juntos en Santiago, pero igual me habría dado vergüenza que me vieran mis suegros o les molestara lo care´raja que somos pa ocuparles el depto. para hacer nuestras "cochinadas".

Mi mamá ha estado a punto de pillarme un par de veces acá en la casa y siempre me he salvado gracias a mi pareja. Sin embargo, esas historias dan para otra publicación ...

3 comentarios:

Ideasingracia dijo...

JAJAJa, demasiado buenos relatos. Creo que todos hemos hecho locuras por amor, pero como dices tú, de ahí a llegar a Pasiones, nicagando.
Saludos

Andrea Salamara dijo...

hola primita
lenda
kmo siempre relatandonos historias lo que es yo cero aporte con las creatividades hiladas y bien redactadas.
un besote gigante desde talca
Salamara

JOSE MIGUEL LAGOS dijo...

QUE QUIERES QUE TE DIGA... LA MAMA SEBE QUE OCUPASTE SU CASA COMO ANTRO DEL SEXO Y LA LUJURIA.... PERO COMO QUE LE SALE MAS FACIL HACERSE LA LOCA QUE ADMITIRLO, LO SEGUNDO ES QUE UNO CUANDO ESTA ENAMORADO HACE COSAS QUE POR UNO NO ESTADISPUESTO A AHCERLO PERO CON TAL DE HACER FELIZ A LA PERSONA QUE TIENES EN FRENTE ABSOLUTAMENTE TODO... O NO????

TE QUIERE TU AMIGO JOSE MIGUEL LAGOS... SALUDOS A MI TIO