jueves, 11 de octubre de 2007

Cosas que pasan a los 25

Desde que cumplí 25 me han pasado cosas nuevas, o raras como:

1. Me han dicho varias veces que ya no tengo "cara de niñita", de un día para otro ahora tengo cara de adulta. Incluso hay gente que me dejó de ver un tiempo y ya no me reconoce en la calle ... será para tanto? o estarán exagerando?

2. En una semana me dijeron 4 veces "señora": en el colectivo, afuera de mi casa, en un negocio y por teléfono.

Debido a los 2 hechos anteriores, creo que estoy padeciendo de alguna variación del Síndrome Peter Pan. No tengo todos los síntomas, pues soy una persona bastante segura de mí misma, con buena autoestima, alto sentido de la responsabilidad, cumplo mis compromisos y tengo relativo éxito en mi trabajo. Es decir, laboralmente no presento rasgos de infantilismo, pero reconozco que físicamente no quiero representar la edad que tengo. Últimamente he descubierto, y con mayor frecuencia, que me visto como adolescente, tomo como adolescente, carreteo como adolescente y hasta ando más relajada que antes en la pega. Al punto de andar tomando en brazos a las guaguas, perros, gatos y todo lo que me ofrezcan en las visitas domiciliarias, o andar persiguiéndome con cabros chicos ABC1 en las tiendas de ropa ... o será que tengo mi lado lúdico muy desarrollado?

Lo otro que me pasa es que cuando estaba en los primeros años de la U, pensaba y planificaba que apenas terminara mi carrera y trabajara, me iba a ir de la casa, me iba a casar y tener hijos
(hasta les había elegido nombres, toda una Charlotte York de Sex and the City). Ahora no me veo haciendo nada de eso, por lo menos en el futuro inmediato. Lo único que quiero es ahorrar plata y disfrutar el resto, con mi clásico estilo de vida de ricos y famosos. Por ahora no me interesa pagar cuentas, deudas, arriendos, ni preocuparme de lo que voy a comer mañana, ni menos de otras personas. Ya ni siquiera me molesta el "Manual de Carreño para señoritas" que inventa mi mamá cada día, con sus normas, reglas, horarios y demases.

Otras cosas que me han pasado son:

3. Desde que estoy trabajando me he acordado demasiado de aquella vez que el psicólogo de la institución donde hice mi primera práctica se despidió de mí con las siguientes palabras (chanta de su parte porque después nos seguimos viendo y escribiendo): "Mira Flancisca, te deseo mucha suerte en tu vida profesional, pero lo único que te pido es que no te conviertas en la Asistente Social clásica: fea, guatona, amargada, frígida y lunar con pelos". Me dejó tan traumada con la frase, que aún no la olvido (y eso que me lo dijo el 2004), así que lucho cada día por no transformarme en todo eso y ser cada día más flaca, regia, feliz, multiorgásmica y depilada, jajaja.

4. Hacerme amiga de mi jefe, al punto que me invite a un happy hour a un local cuico y caro, descubramos que tenemos puntos en común y me revele parte de sus "secretos" ... y eso que tiene hartos años más que yo, pero por alguna extraña razón le caigo bien.

5. Tener (por fin) una relación normal con cierta persona a quien me sometí de manera patológica o de quien fui dependiente por mucho tiempo. Incluso lo vi tan frágil, vulnerable, solo y con todas sus culpas encima, que hasta me dio un poco de lástima o preocupación.

6. Por fin he sentido el reconocimiento laboral y la recompensa a tanta rigurosidad, responsabilidad y compromiso que pongo en todo lo que hago. En un lugar se concretó en cierto dinero extra a mi remuneración, y en otro (mi pega freelance) que me siguieran llamando por que "tienen buenas referencias de mí" y que hasta le hayan informado de mi brillante desempeño a la persona que me recomendó.

7. Si antes me cargaba todo lo que no fuera 100% urbano, ahora sueño con una cabaña alejada de civilización, en Horcón o donde sea. Una especie de refugio para desconectarme de todo y de todos (sólo la compartiría con cierta persona demasiado especial) y ojalá que me permita contactarme con la naturaleza ... podría ser una comunidad ecológica o una eco-aldea? (pero no en Pirque).

8. Lo último raro que me ha pasado es que nunca me había gustado un "moreno oscuro" (por no decir negro), onda"shileno medio" ... pero debo reconocer que el motivo más fuerte y consistente que tengo para ver "El Club de la Comedia" es Sergio Freire. Mi sueño es que me baile como El General o me haga alguna performance como El Encuestador. Es el único hombre que me hacer reír a carcajadas durante la semana. Incluso podría escuchar sus monólogos durante horas sin aburrirme. Mientras más lo miro, más atractivo lo encuentro ... el gusto por los hombres también se irá cambiando con los años?

Por todo lo anterior ya dejé atrás la angustia y rebeldía que caracterizaban mis escritos anteriores a mi primer trabajo profesional. Reconozco que me he vuelto más "mamona" y menos crítica para escribir, pero es resultado de la tranquilidad y satisfacción emocional y económica que siento en este momento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Donde realmente nos mataron fue en el "Quijote Quemado". No se si fue porque cachaban que le íbamos a dar glamour al local o porque nos vieron cara de viejos y ni siquiera nos pidieron el carnet.

Algún día tenemos que darnos una vuelta por el local al que te invitó el viejo verde de tu jefe. Sobre todo por las pizzas.

pOLoLo