domingo, 23 de septiembre de 2007

Los veinticinco

Revisando algunos blogs, me di cuenta que varias publicaciones aludían a "la crisis de los 25". Generalmente eran hombres que se empezaban a cuestionar todo el paso desde la Universidad a la vida laboral o adulta, con los costos y responsabilidades que eso implica.

Debo reconocer que estoy pasando por una etapa de evaluación y análisis de lo que estoy viviendo, aunque no tiene nada que ver con la edad, porque me pasa casi siempre en este mes de septiembre. En septiembres anteriores he terminado pololeos, he cambiado de carrera, he tomado otras decisiones importantes y perdí al hombre que amé y me amó desde antes de nacer ... mi papá. En fin, este mes suele ser bastante intenso emocionalmente.

Cultural y socialmente cumplir 25 es casi un rito de iniciación a la vida adulta. Generalmente coincide con que todos esperan que (parafraseando a Mark Renton en ese peliculón llamado "Trainspotting") "Elijas una vida, elijas un trabajo, elijas una carrera, elijas una familia, elijas un televisión grande de mierda, elijas lavadoras, autos, reproductores de CD y abrelatas eléctricos. Elijas una buena salud, bajo colesterol y el seguro dental, elijas los reembolsos con interés fijo de la hipoteca, elijas un hogar y a tus amigos" ... ¿Pero por qué yo querría hacer algo así?.

Algunas veces recuerdo los sueños e ideales que tenía hace 10 años atrás y los contrasto con las elecciones que he hecho hasta el momento, y que han determinado mi vida.

En primer lugar, cuando pensaba en mi "hombre ideal", quería que cumpliera con el siguiente perfil: Líder innato, mil por ciento seguro de sí mismo, capaz de llenar todos los espacios, activo social y políticamente, que me acompañara a todas partes y me mostrara el mundo, que me contuviera emocionalmente y me protegiera, que se destacara y sobresaliera en varios ámbitos, medio hiperventilado, sin miedo al ridículo, confrontacional si era necesario, con una enorme capacidad de trabajo y de ahorro, que no se quejara ni abatiera por los problemas (más bien creara estrategias para resolverlos), con carácter fuerte, con capacidad de reconocer sus emociones y expresarlas, además de decir todo lo que pensara sin temor a la opinión de los demás ... era casi Antonio Banderas en "Desperado" o cualquier otro súper hombre rudo de las películas.

Aunque en realidad mi prototipo de hombre de ideal estaba inspirado en mi papá (yo y mi eterno complejo de Electra no resuelto), que debo decir era bastante machista y celoso conmigo, al punto que me mandaba a cambiarme ropa antes de salir si andaba "mostrando mucho". Debe ser por eso que ando siempre probando límites y viendo hasta donde me aguantan, implícita o inconscientemente me gusta provocar y que me "rayen la cancha" de vez en cuando.

Cuando evalúo que pasó con esos sueños, descubro que llevo 9 años enamorada de un hombre que tiene muchas virtudes o cualidades, pero salvo un par de cosas, tiene nada que ver con el perfil. En realidad, a medida que pasó el tiempo, yo terminé convirtiéndome en parte de todo eso. Conversando respecto a este tema con la persona que elegí para compartir mi vida, me decía que yo no podría estar con alguien así, porque me opacaría y yo terminaría estando a la sombra de él. Lo que no resultaría por mucho tiempo porque me encanta ser el centro de la atención, florerito o el alma de la fiesta. Me frustro si no me destaco en el contexto en que me encuentro, sea pega, carrete, estudios, etc.

A su favor, debo decir que con los años he aprendido a aceptar que somos más bien complementarios, ya que él es mucho más paciente que yo, no se urge con las tareas domésticas, es preocupado de los detalles, con mejor sentido de la estética, y en general no me cohíbe ni cuestiona mis locuras o decisiones apresuradas. Más bien me apoya y acompaña cada vez que puede y se siente orgulloso de mis logros ... estaría bueno para "Primer Damo", jajaja. A veces siento que (a propósito de la nueva teleserie del 13) yo soy Lalo y él es Lola. Si supiera cocinar algo más que fideos o fuera al gimnasio sería todo un metrosexual.

A propósito de lo socialmente esperado, ya que él tiene 30 y yo 25, ambos estamos trabajando y llevamos tanto tiempo pololeando, nos han preguntado cuando nos vamos a casar. Yo siempre tengo una excusa: antes era porque estaba estudiando, después porque no tenía trabajo (no me interesa ser mantenida) y ahora es porque no tengo trabajo estable.

La verdad es que he evolucionado desde el "nunca me voy a casar" a "podría ser, pero todavía no", pasando por el "no sería tan mala la idea". Si de algo estoy segura es que no me imagino en la vida con otra persona que no sea él (he conocido varias entre nuestros "quiebres" o "tiempos de descanso", incluso tuve un pololeo largo de 3 años con otra persona, así que hablo con conocimiento del tema) y que lo amo con todas sus virtudes, mañas y defectos. Es la mezcla entre mi mejor amigo, mi cómplice, mi compañero de carretes y mi mayor removedor de hormonas. Además hemos crecido y aprendido muchas cosas juntos, ha sido una relación que nos ha costado construir y hay un montón de sentimientos fuertes involucrados.

Él ya está decidido a dar el siguiente paso, incluso confirmándolo ante sus amigos. El miedo va más por mi parte. Me pasa que sé que tengo varias cualidades, soy jugada en las relaciones, aperrada y todo eso, pero no sé si alguien (además de mi mamá y mi gata) me soportaría tooodooos los días, con mis cambios de ánimo, mis inestabilidades emocionales que van desde el llanto o hipersensibilidad venezolana hasta esporádicos ataques de ira a lo Tony Soprano, intercalado por períodos de hiperventilación a lo Nachito Larraín o bajón a lo Radiohead.

Para que hablar de mis hormonas, que me juegan malas pasadas. Como dice Babasónicos "algunas noches soy fácil, no acato límites" y puedo ser una verdadera yegua. Con esto de tener el olfato tan sensible más de una vez he conocido minos feromónicamente compatibles, de esas atracciones físicas inevitables, y para peor con tipos que les encanta andar tentando. Puede que yo no haga nada, y trate de aplicar autocontrol a full (lo que sucede en el 99% de los casos, afortunadamente), pero igual me mueven el piso. Y si me caso, cómo le voy a decir a mi marido: "Amor, si yo te sigo amando, nunca lo he dejado de hacer, pero me atrae "XYZ" sólo porque mi cuerpo reacciona físico-biológica y químicamente con él, somos absolutamente compatibles y no lo puedo evitar" jajajaj. ¿Me podré extipar los receptores de las feromonas o programarlas para que sean monógamas o fieles con una sola persona hasta que me muera? No quiero terminar llamando al Rumpy o inspirando historias de la serie "Infieles". Por eso sé que jamás podría haber pololeado con un marino o alguien que pase muchos meses fuera.

Un profe en la U dijo que la monogamia era un invento cultural, casi un atentado contra la naturaleza humana. Un amigo me dijo que lo normal debería ser la poligamia ... pero estamos en Chile y la cultura es monogámica, así que tendré que seguir trabajando en eso y canalizar mis energías hormonales hacia algo más productivo. Por lo menos mis sentimientos son fieles y de una sola persona, que es lo bonito y lo importante, ¿no?

Respecto a "elige una carrera, elige un trabajo", me acuerdo que hace 10 años atrás (los 15 también es una edad significativa) no tenía idea lo que quería estudiar, sólo sabía que tenía que ser algo humanista, que me permitiera conocer mucha gente y lugares diferentes. Salí del colegio y continuaba sin decidirme. Con notable puntaje en la PAA (ya no existe , lo que hace que me sienta vieja, jajaja) me aventuré con Periodismo ... no duré ni un año, lo que yo quería era escribir y caché que terminaría haciendo cualquier cosa o escribiendo lo que determinara mi editor (generalmente temas que no me gustaran o no me interesaran) o produciendo programas mulas y fomes como "Me Late" del Vía X (gran descubrimiento ... que pava!!!).

Entremedio me bajó la inquietud social, sentí que quería hacer algo que permitiera entregar mis talentos a otros, personas que necesitaran o estuvieran carenciadas, o no hubieran tenido las mismas oportunidades que yo en la vida. Orientada por un ex pololo (y no por un/a orientador/a vocacional, que hubiera sido lo correcto) me cambié a Trabajo Social, sin saber muy bien de que se trataba. Elegí desde las emociones, no desde lo racional y en el proceso hice grandes amigos y me empezaron a interesar las Ciencias Sociales, empecé a hacer ayudantías, me gustó el ambiente y todo eso, así que me quedé y me titulé (para tranquilidad de mi mamá que ya veía que iba camino a ser como Arturito Longhton, estudiando mil carreras y terminando ninguna).

La verdad es que ni yo asumo muy bien mi profesión, en el sentido de que no ando pensando todo el día en ella ni miro la realidad desde ese paradigma. Se supone que los Asistentes o Trabajadores Sociales son bastante estructural - funcionalistas y andan por la vida diciéndole a la gente lo que tiene que hacer. A mí me pasa que si la otra persona es feliz con su estilo de vida, siento que no me tengo que meter, además de ser demasiado relativa moralmente, para mí nada está mal ni es incorrecto ni disfuncional, jajaja. Lo que me gusta es tener contacto con otras personas y establecer relaciones profesionales de confianza, si puedo ayudar a otros con sólo escucharlos, me siento realizada. Más aún cuando te agradecen o retribuyen la pega de una u otra manera.

Además, hay gente que me conoce desde re chica y piensa que estudié otra cosa, como Educación General Básica o Educación de Párvulos (porque me gustan demasiado los cabros chicos, pero en realidad es porque soy como ellos), Construcción Civil (no tengo idea por qué, pero a mi dentista se le metió eso en la cabeza) o Ingeniería Comercial (yo poh, la más negociante, jajaja).

Eso de "elije un trabajo" no es tan cierto, porque las pegas me eligieron a mí. De ambos lados me llamaron a la casa (literalmente) para ofrecérmelas, sin haber tirado currículum, sin entrevistas ni nada. En Agosto hice algo nada que ver con mi profesión (pero con buena paga, las entrevistas en profundidad la llevan) y este mes empecé con trabajo "de veritas" en lo mío. Lo fome es que mi cuerpo se rebeló y a la primera salida a terreno terminé colapsada y con bronquitis, y en la segunda salida me picó una pulga gigante que me enronchó todo el brazo (no fue muy glamoroso).

Ahora ya me adapté y hasta disfruto andar conociendo Placilla y Playa Ancha, aunque no me deja de impactar la enorme brecha socioeconómica y cultural de este país. Incluso a 5 minutos de mi casa hay personas que aún viven en condiciones indignas, sin agua potable, aislados de todo, en pasajes de tierra y quebradas, con casas que se caen a pedazos y se llueven enteras, comiendo pésimo, hacinados y enfermos, sin acceso a una educación y salud decentes, enormemente deteriorados y con bajas expectativas de vida.

Al principio me afectaba bastante en términos emocionales y psicológicos, ni en mis prácticas había estado tan cerca de manifestaciones tan crudas de la pobreza, ya que es primera vez que trabajo con familias del Programa Puente. En realidad conocí una en mi primera práctica, pero es distinto andar visitando como 7 por día y enterarte de cada historia.

Ahora lo veo desde una perspectiva positiva, y me ha servido para agradecer cada día por todo lo que tengo, en condiciones de vida privilegiadas, con acceso a miles de cosas, la posibilidad de hacer y obtener todo lo que quiero y en un entorno emocional, psicológica y socialmente casi ideal.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me da la impresión que septiembre es "tu mes", como el momento para las conclusiones, las reflexiones, las añoranzas y la oportunidad de revisar lo caminado. Cualquier cosa en todo caso, estaré junto a ti.

Lo del hombre ideal... ja, ja, ja, ja... es como mucho, no?? una "amalgama híbrida" de virtudes y cero defectos. Casi un super héroe. Claramente no reuno las condiciones pero trabajo en superarme por el bien de nuestra relación.

Frente al tema de la carrera... bueno, en los colegios no ayudan mucho orientándote. ¿Será un plan maestro para que no pensemos en la Universidad y ocupemos nuestro sitial de obrero combatiente?.

Ufff... y el tema de la pega siempre es complicado. Trabajar en lo que uno estudió es como lo ideal, pero si no se puede hay que recurrir a las fórmulas que tenga a mano uno.

Yo admiro en todo caso que trabajes como Asistente en ese programa. Yo estuve en las encuestas CASEN el 97' y puedo corroborar que la pobreza entra por todos los sentidos. Hay que tener cuero de chancho para algunas cosas.

Ojalá pronto vuelvas a Santiago. Te extraño.

pOLoLo

JOSE MIGUEL LAGOS dijo...

Yo lo unico que tengo que decir que es que tu pololo tiene una suerte de haberte encontreado inpresionante... igual le tengo estima porque cuando una amiga mia esta tan feliz junto a alguien me hace feliz a mi. Ojala algun dia la Polita escriba cosas tan lindas como las que escribes de tu pololo...
Yo creo que la opciomn que te queda para ser poligamica es 0, ninguna porque para madarte a oriente, allá son Poligamicos pero solo los hombre no las niñas.... y de aqui a que me entere que tui pololo te gorreo te juro que lo sigo hasta descuertizarlo, pero antes lo clono 10.000 para matarlo 10.001 veces.-