lunes, 9 de julio de 2007

Sentidos

El otro día vi la película "El Perfume". En realidad no me sorpendió tanto la historia de "Cayuyaman" (como genialmente lo bautizó Hermes Antonio), más bien me quedé con 3 "imágenes retenidas":
La primera es de Jean-Baptiste bebé cuando recién llega al orfanatorio, uno de los niños quiere comprobar si está vivo y él le toma el dedo para capturar su olor. La segunda es el momento en que todos los que hace un segundo atrás lo condenaban por sus crímenes, quedan extasiados y rendidos ante el perfume elaborado con los aromas de las mujeres asesinadas, llegando a una catarsis pública sensorial por la evocación del Paraíso soñado, hasta la insconsciencia y la pérdida de control de los actos ... y todo por un aroma. La tercera es cuando el asesino elige regalarse para entregar un momento de felicidad a los miserables que encontró en el lugar donde nació, cuando podría haber utilizado su mejor arma para dominar al mundo. El que la vio se acordará y el que no, los y las invito a verla para realizar los comentarios respectivos.

Como me encanta hablar y escribir de mí (para eso me hice un blog, obvio), terminé pensando en que así como tengo memoria auditiva, también tengo una memoria olfativa bastante desarrollada.

En cierta manera, y por mis rasgos característicos de personalidad histriónica, soy medio hipersensensible a los aromas u olores. No es tanto como el protagonista de la película, que distinguía, sentía y diferenciaba hasta las piedras y el vidrio a miles de kilómetros de distancia, pero sí soy pegada con los aromas que me gustan y evocan experiencias o momentos agradables. De la misma forma, si un aroma me resulta repulsivo o molesto, me cambia el carácter, me pongo irritable, me empieza a doler la cabeza, me pican los ojos y la garganta e incluso he llegado al desmayo. En resumen: soy bastante buena para somatizar.

No profundizaré en los olores que me parecen desagradables, porque temo mis reacciones corporales una vez que los evoque para escribir sobre ellos, jajaja.

Pero en relación a los que me recuerdan experiencias deliciosas o los podría sentir una y otra vez sin aburrrime, tal como las canciones de la banda sonora de mi vida, podría decir que se encuentran los siguientes:

1. El olor a pizza, chorrillana, tacos, papas fritas, empanadas de queso, asados, completos, barros luco, barros jarpa, chocolate, y en realidad todo lo que me gusta comer. Además de otros más curiosos como el de la alcachofa mientras está en su proceso de cocción. Definitivamente cada día estoy más "chancha", glotona y antojada para comer, tengo "mentalidad de obesa mórbida", jajaja. Aunque psicológicamente se denomina ansiedad. ¿Se dan cuenta lo que pasa después de meses sin trabajar ni estudiar?

2. El olor "a nuevo" de los cuadernos y otros artículos de escritorio. Porque me recuerda esos ingenuos e inocentes tiempos escolares, cuando esperaba con ansias el inicio del año escolar, sólo para sentir ese olor. Y también porque me recuerda a mi papá en su rol de "macho proveedor". Ya después eran puros cuadernos reciclados hasta la eternidad.

3. Siguiendo con el papel, me encanta el olor de la revista Paula, no sé si será el papel utilizado, la tinta o la impresión, pero me parece exquisito el aroma que se encuentra entre sus letras y fotos. Cada uno tiene sus fijaciones raras, y esa es la mía. Igual conozco gente más extraña que le gusta la bencina o el neoprén ...

4. El olor a eucaliptus, porque me recuerda mis tiernos años de infancia, cuando mis papás iba a recoger ramas de eucaliptus al camino costero (ya no hay árboles, puro cemento y carreteras civilizadas) y las ponían debajo de mi cama (según ellos era como un secreto de naturaleza para las enfermedades respiratorias), y además ponían un tarro con hojas encima de la estufa a parafina para neutralizar un poco el aroma. Dije que no lo iba a hacer ... pero me carga el olor a parafina!!!! ¿Cuándo van a inventar una que sea inodora?

5. El aroma a naranja, porque me acuerdo de las sopaipillas pasadas con cáscara de naranja que hace mi mamá... y del vino navegado.

6. El aroma a cerveza negra, rico olor y rico sabor ... y exquisitos efectos secundarios. Estoy adicta!!!

7. El olor a tierra mojada, porque me recuerda la casa de una de las personas que más he querido y me quiso en la vida (mi madrina, una de mis mejores amigas), ya que su patio estaba lleno de plantas, flores, pasto y árboles frutales, los cuales regaba sagradamente cada tarde, sobre todo en los veranos capitalinos. También me recuerdan las "tardes de jardinería" de mi papá en los patios del edificio, cada fin de semana.

8. El olor a bloqueador o bronceador, porque es como evocador de las vacaciones de verano, playa, viajes, relajo, campo, campamentos escolares ... pucha! hasta eso echo de menos!!!

9. Perfumes o colonias con aromas cítricos o frutales (para mí), incluso esas colonias baratas azules que venden a granel o en botellas gigantes (en otro/a que no sea yo, pero son mejores que esas colonias "de vieja", florales y cargosos) y colonias de hombre estilo Brut o Agua Brava.

10. El olor a cuero, pero cuero de verdad, no "imitación", ni "sucedáneo" ni cuerina.

11. El olor de los autos nuevos por dentro, porque me gusta andar en auto, más aún si es "modelo del año, nuevecito de paquete"... me sale todo el lado frívolo y perverso. Tengo una fijación con eso de andarlos inaugurando, jajaja.

12. El aroma de la ropa nueva, pero no toda. Yo le encuentro un olor exquisito a la ropa de la Galería Paseo del Mar, de Viña. No sé que será, ni podría describirlo, pero me encanta.

13. El olor a guagua, mientras más chica mejor, y mientras más limpia y recién mudada, mejor aún, jajaja. Pero tienen un aroma intrínseco que es sencillamente delicioso.

14. El olor a cannabis sativa. Aunque hace años que no fumo, me gusta demasiado sentir el aroma de sus hojas, quemándose lentamente. Sólo por eso me metería a Investigaciones, a la Brigada de Narcóticos, y participaría en la mayor cantidad de incautaciones, jajaja.

15. El olor a tabaco. Al contrario de lo anterior, me apesta el olor a cigarro encendido, (porque no fumo) pero el aroma de los cigarros dentro de la cajetilla, o mejor aún el que queda impregnado en la caja después que ya no quedan "cilindros nicotinosos".

16. El aroma a chicles, no importa el sabor, pero tienen que ser Bigtime. Un poco por memoria emotiva, ya que un pololeo de años empezó con un "juego del chicle", y además porque me gusta no más.

17. El olor a hombre, pero no cualquiera, sino "ese hombre" y no cualquier aroma, sólo el de sus feromonas que únicamente yo puedo percibir, o su olor corporal típico, que cada persona tiene. Ni siquiera tendría que usar perfume o colonia, pero como también son ricas, (y casi siempre se los regalo a pedido suyo) se le perdona. Mejor aún es el aroma post "expresión libre de nuestro amor" porque es como una mezcla de ambos ... mmmmmm.

1 comentario:

JOSE MIGUEL LAGOS dijo...

que quieres que te diga:
El perefume no la he visto, primero vere "oceans therteen" y luego esa, el olor a revista Paula te gusta porque el papel que utilizan para hacerlo se llama Papel Caoché (cuche), a diferencia tuyame apesta el olor a cualquier droga ilicita y Tb. al cigarrillo, creo que es una perturbacion al libre vivir, por que ¿porque tengo que olfatear un olor que a mi no me gusta? porque no se debe obviar que la gran mayoria de los consumidotes de marihuana lo hacen en la via publica, con un cartel que dice "estoy en contra de la sociedad" o el famoso "no soy parte del sistema"... en fin es lo que hay...

saludos a tu pololo, jml