Infidelidad ...

No es mi intención ser la mala copia de "Sex & the City", ni imitar a "La Carne" (The Clinic), pero este fin de semana, entre cerveza y cerveza (acaramelada con amaretto y negra con cacao, disfrutadas en cierto local bastante conocido), surgieron algunos temas interesantes en la conversación mantenida con mi amiga "M.A". Para los hombres que lean esto, desentrañaré el misterio respecto a qué hablamos las mujeres cuando estamos sin ustedes, jaja.

Después de las típicas quejas, reclamos y desahogos por nuestra desocupación laboral e infructuosos intentos por revertir la situación dignamente, prometimos no tocar más el asunto. Y terminamos en el tema de las relaciones de pareja, el sexo y los afectos.

A medida que iba avanzando la hora, el consumo y la confianza, además de descubrir nuestras coincidencias o parecidos respecto a los rasgos obsesivo - compulsivos, la necesidad de saber y contarlo todo y cierto masoquismo implícito en ello, terminamos teorizando, tipificando y clasificando uno de los conceptos más definidos y presentes en películas, libros, canciones, programas radiales y hasta series televisivas: "La Infidelidad".

De acuerdo a la enciclopedia virtual Wikipedia (para que después no me acusen de plagio), la Infidelidad es "el incumplimiento del compromiso de fidelidad. En su acepción más común, la fidelidad es el compromiso de mantener relaciones sexuales sólo con la persona que es nuestra pareja. Por tanto, la infidelidad es quebrar ese pacto tácito de mantener relaciones sexuales con la persona que hemos escogido libremente como pareja."

Es decir, de acuerdo a la definición anterior, la infidelidad tiene un componente netamente físico, que dicho en "shileno" sería algo así como "el hecho de incursionar en grado 3 o tener un encuentro del tercer tipo (más todos los sinónimos que creativamente existen en nuestro país) con el/la patas negras, el/la otro/a o el/la cochino/a".

Pero con mi amiga llegamos a la conclusión que existía otra variedad, que denominamos "Infidelidad Emocional". Ésta no requiere precisamente de la infidelidad física, ya que vendría siendo "el hecho de sentir una atracción hormonal, emocional o psicológica hacia otra persona que no es nuestra pareja". Puede sonar demasiado romántico o idealista, pero a veces aparece algún personaje en nuestras vidas que nos hace "click", nos revoluciona las hormonas, quedamos "enganchadas" o nos deja "marcando ocupado", simplemente con una conversación, un detalle, un gesto o su personalidad, unido a cierta idealización de nuestra parte y el entorno o contexto en que se haya desarrollado el o los encuentros. Aunque jamás se concrete algo, empezamos a obsesionarnos con este ser, nos sorprendemos soñando con él, pensando en él, dedicándole canciones en secreto (aunque sea en nuestra cabeza), esperando encontrarnos "casualmente" con él, o que nos llame, nos escriba, nos agregue o se conecte a Msn.

Puede parecer patético, pero lo más probable es que le haya pasado a más de alguien alguna vez, quizás a más mujeres que hombres, por un tema cultural y biológico (eso nos pasa por tener los hemisferios cerebrales tan conectados, nos cuesta separar lo emocional de lo racional). Lo peor es que después de cierto tiempo se acompaña de algún grado de culpabilidad creciente, especialmente si nuestra pareja satisface o trata de satisfacernos en las distintas áreas de una relación. Es decir, ya no se trataría de fijarse en otro que pudiera cubrir o compensar nuestras carencias o insatisfacciones y eso nos hace sentir peor aún, nos cuestionamos todo e incluso ponemos en peligro nuestra salud mental, arriesgándonos a alguna que otra psicopatología ... y todo por mirar para el lado en un momento de debilidad o fragilidad.

Además de esta temática surgieron un par de interrogantes por parte de mi amiga, dignas de su profesión frustrada (Periodismo ... eso sí se le notan mucho las influencias de Pamela Jiles y Tati Pena, jaja). Obviamente nuestras respuestas y reflexiones no serán publicadas, por respeto a las involucradas e involucrados, para curiosidad del/a lector/a, y en términos prácticos, para que no me censuren el blog. La idea es que cada uno/a se las responda libremente, y si quiere sugiera otros cuestionamientos, aprovechando el tema tan "profundo".

1. ¿Qué características debe tener una persona para ser considerado "bueno en la cama"? (Dígase "buen amante", "campeón del ring de las cuatro perillas", "como tonto pa´l ...", "kamasutra ambulante" o como Ud. lo quiera expresar).

(Definitivamente no leo más La Cuarta, debido a estas extrañas influencias en mi vocabulario, jaja)

2. ¿Cuál sería el límite entre lo permitido y lo prohibido para experimentar e innovar con una pareja estable después de cierto tiempo, para romper la rutina? ¿Esa experimentación podría incluir la presencia o integración de personas externas y de nuestro mismo sexo, aunque tengamos clara nuestra heterosexualidad?

(Aunque yo igual dudo cada vez que veo videos de Madonna y Kylie Minogue o a Denisse Malebrán ... mmmm, eso me pasa por escuchar mucho Morrissey, Erasure, Culture Club y Depeche Mode).

Canción de hoy: "Mujer contra mujer" de Mecano (el que sabe, sabe; el que no, investiga; y al que le da lata, se queda con la duda). Nada más les diré que "Viva la diversidad" y "lo que opinen los demás está de más ..."